Longevidad: 6 reglas de oro en los hábitos alimenticios para vivir más y mejor
La búsqueda del secreto de la longevidad ha llevado a los científicos a determinar “zonas azules”, las cinco áreas del mundo que tienen las poblaciones más longevas y saludables
La dieta que tienes a lo largo de tu vida impacta directamente en cómo funciona tu cuerpo, cómo se mantiene tu salud e incluso puede determinar tu longevidad. Te decimos 6 reglas de oro en los hábitos alimenticios para vivir más y mejor.
Qué importante poder decir “más y mejor” porque una larga vida limitada por comorbilidades o enfermedades crónicas deja mucho que desear. En cambio, con salud todo se puede.
Previamente, hemos escrito sobre la Dieta de la Longevidad, un estudio que investigó qué y cuándo comer para vivir una vida más larga y en mejores condiciones físicas y mentales.
La búsqueda del secreto de la longevidad ha llevado a los científicos a determinar “zonas azules”, las cinco áreas del mundo que tienen las poblaciones más longevas y saludables: Okinawa, en Japón; Cerdeña, en Italia; Nicoya, en Costa Rica; Icaria, en Grecia; y Loma Linda, en California.
A pesar de que estas personas están diferentes latitudes, tienen algunos hábitos comunes y hay consejos de nutrición obtenidos a partir de años de investigación sobre cómo viven estas comunidades. Aquí están sus 6 reglas de oro:
1. Beben vino después de las 5:00 pm, idealmente con amigos y una comida
Un estudio de la Academia Americana de Neurología encontró que una copa de vino con la cena podría ayudar a prevenir la demencia más adelante en la vida.
De hecho, el vino figura en los primeros textos de la medicina tradicional como remedio desinfectante, somnífero o narcótico para la pena y la fatiga, productor de hambre, moderador de la digestión y creador de la felicidad.
Asimismo, una copa al día reduciría riesgo de ataques cardíacos relacionados con el estrés, según una investigación del Hospital General de Massachusetts.
Pero como todo en la vida, no se trata sólo de lo que haces, sino quienes te acompañan en ese proceso. Las relaciones sociales para compartir cenas y una copa después de las 5:00 pm es lo más aconsejable.
2. Tener una dieta mayormente a base de plantas
Un punto a favor para los veganos. Aunque se ha determinado que no es cuestión de ser muy estrictos con esto, sino de tener una dieta mayormente de origen vegetal.
Se ha demostrado que una dieta basada en plantas es buena para el corazón, el intestino y el cerebro, sin mencionar que estos alimentos tienen una huella de carbono menor que la carne y los lácteos.
3. Comer carbohidratos no refinados
La moda de la dieta keto o cetogénica nos ha hecho temer a todos del consumo de carbohidratos, las personas que viven en las zonas azules suelen consumir alrededor del 65% de sus calorías diarias en forma de carbohidratos, como granos, verduras, tubérculos, nueces y frijoles.
Porque si comer carbohidratos sin refinar también están teniendo una gran ingesta de fibra, necesaria para el correcto funcionamiento del cuerpo.
4. Disfrutan de carne ocasionalmente
Dan Buettner, periodista y experto en las zonas azules, aseguró en reseña de Well + Good que las personas más longevas del mundo comen en carne en promedio 5 veces al mes.
La gente de estas comunidades normalmente se apega a una porción no mayor que el tamaño de la baraja de cartas, lo que se traduce en unas tres onzas.
“Esto tiene sentido: si bien la carne es una gran fuente de proteínas, vitaminas B y hierro biodisponible, el exceso también se asocia con enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal y otros problemas de salud”, destacó.
5. Consumen agua, al café y al vino
La clave de la longevidad estaría en beber seis vasos de agua al día, además de café por la mañana y una copa de vino con la cena.
Es decir, nada de jugos preempacados ni bebidas azucaradas.
6. Hacen algo de ayuno intermitente
No es una forma de dieta, simplemente suelen comer de manera similar a lo que podríamos llamar ayuno intermitente.
Es decir, aplicar el refrán popular de desayunar como un rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo.
Además, Buettner resaltó que tienden a comer todas sus calorías en un lapso de ocho horas, dejando 16 horas para que sus sistemas digestivos descansen.
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