5 Consejos para superar el síndrome del impostor con autovaloración
“Nos sobrexigimos para demostrar que estamos a la altura porque nos parece que partimos de una base más bajita que ellos”, apunta Ricart, creadora de un espacio de consulta que precisamente se llama “El síndrome de la impostora”
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que afecta a individuos que, a pesar de lograr éxitos y reconocimientos evidentes, dudan de su propia competencia y sienten que no merecen sus logros.
Este fenómeno puede atribuirse a diversos factores, como la autoexigencia desmedida, el perfeccionismo, comparaciones constantes con los demás y el miedo al fracaso.
Además, las personas que experimentan el síndrome del impostor a menudo subestiman sus habilidades.
Además, tienden a atribuir sus éxitos a la suerte o a factores externos, lo que contribuye a la persistencia de este patrón de pensamiento autodestructivo.
Aunque puede padecerlo todo el mundo, este síndrome es mucho más común en las mujeres.
Qué provoca el síndrome del impostor
Entre los motivos de ello, las expertas señalan la falta de referentes femeninos, los estereotipos y prejuicios de género en el trabajo y la educación recibida, en la que muchas veces se espera menos de las mujeres.
Sobre el Síndrome del Imposto, explica Mar Martínez Ricart, psicóloga especializada en neurociencia, que se da cuando “tu identidad real y la identidad que tienes identificada en tu cabeza no cuadran y sientes que eres mucho peor de lo que realmente eres”.
“Nos sobrexigimos para demostrar que estamos a la altura porque nos parece que partimos de una base más bajita que ellos”, apunta Ricart, creadora de un espacio de consulta que precisamente se llama “El síndrome de la impostora”.
¿Qué hacer para combatir el síndrome del impostor?
1. Reconocer el problema
Ricart destaca que esa voz crítica, sobrexigente o que nos dice “no eres suficiente” apareció en algún momento de nuestra vida “como una voz que te ayudó a sobrevivir en el entorno”.
Incluso, puede que nos ayudara a mejorar en algunos ámbitos, pero hay que vigilar cuando no nos permite avanzar.
“Tratar de encontrar la causa puede ayudarnos a colocarnos mejor frente al problema y ver si se nos está yendo de las manos”, apunta Dolors Liria.
2. Observar los logros que anteceden
Dolors Liria recomienda revisar qué ha pasado en otras ocasiones con retos similares. “Posiblemente hemos sentido lo mismo, pero casi seguro que la mayoría de las veces hemos podido salir adelante”.
Se puede hacer en el momento o, como un trabajo más pausado, incluso se puede tener un listado escrito a mano o digital con todos los logros que se han conseguido.
3. Celebrar cada logro
Ricart remarca la importancia de trabajar el merecimiento, independientemente de nuestro trabajo.
“Recalcar que tenemos valor por el simple hecho de ser y existir, y que por simplemente existir te lo mereces. Has de recordarte que eres una persona igual de válida hagas el trabajo que hagas”, dijo.
“Se trata de conectar con el logro, con la satisfacción, con la admiración de uno mismo y decirnos “yo hice esto, qué contento estoy, me lo merezco después de tanto”, acentúa.
4. Cómo te ven otras personas
“No hay que esperar a que nos digan cómo estamos haciendo nuestro trabajo», la experta sugiere que lo mejor siempre es preguntar con disposición a escuchar para mejorar, y aceptar lo positivo que nos digan.
«Si tenemos dudas, en vez de quedarnos esperando, pidamos a nuestros responsables que nos den comentarios al respecto si no estamos seguros de estar haciendo bien el trabajo o si necesitas que alguien te lo ratifique”, reitera.
5. Evaluar las expectativas
En todo tipo de relación hay expectativas de ambos lados, pero esto se puede autoevaluar, y con ello regular la expectativa que no sea beneficiosa para el desarrollo profesional y personal.
Dentro de estas recomendaciones, es fundamental el autocuido, y lo puedes tener con la práctica de alguna actividad.
“Es un autorregulador emocional importantísimo. Pero no hace falta ir al gimnasio, puede ser cualquier cosa que implique ejercicio: caminar o bailar”, señala Liria.
“Es importante desarrollar esa mirada compasiva, mirarnos con cariño, hacer una reestructuración cognitiva con esos pensamientos tan críticos que te dice tu impostora”.