Ya no quiero vivir con mi suegra: qué hago para que mi pareja lo entienda
Quizás, el principal error que has cometido es acceder a una convivencia con tu suegra, por las circunstancias que sean
Por el embarazo de su pareja y la llegada del bebé, “Christian” aceptó una convivencia con su suegra, de modo que puedan juntar fuerzas para los quehaceres del hogar, el trabajo y otros compromisos. Sin embargo, la dinámica no le ha funcionado, y por el bien de su matrimonio, simplemente necesita que la señora se vaya de casa.
Aunque al principio hubo risas, chistes y anécdotas, su suegra ha sobrepasado los límites. También le ha detectado comportamientos hipócritas y en más de una ocasión ha sentido que la mudanza no la tomó como algo temporal, sino permanente. En realidad, a “Christian” le salió el tiro por la culata.
Si bien no es una mala persona, su suegra asume roles que no le competen, se mete en conversaciones de pareja, da imprudentes opiniones y mantiene hábitos de convivencia que no agradan a su yerno. Las discusiones con su pareja se han incrementado debido a la situación y ahora siente que solo tiene dos opciones: o se va ella o me voy yo.
Qué hago si no quiero vivir más con mi suegra
Si estás en la misma situación de “Christian”, o alguna similar, el principal error que has cometido es creer que por la llegada del bebé u otra circunstancia, era necesario que la suegra llegara al hogar.
Cuando te acostumbras a una relación donde vives SOLO con tu pareja, cualquier dinámica distinta a esa puede ser entorpecedora. A menos que se trate de la llegada de un bebé, y sin embargo, ambos necesitan comprender que las cosas cambiaron, asumirlo y trabajar en equipo.
Lo principal que debes hacer es conversarlo con tu pareja, expresarle cómo te sientes y que te encantaría volver a la dinámica anterior (cuando vivían solos). Es importante que aclares que no tienes nada en contra de tu suegra y exponer tus razones, a menos que los problemas de convivencia sean evidentes.
En el caso de que tu pareja te pida intentarlo una vez más, podrías acceder bajo dos condiciones: comunicando límites que necesitan cumplirse a cabalidad, o fijando un tiempo para que tu suegra se vaya de casa. Y es que otro error común es precisamente ese: no establecer límites.
Finalmente, si tu pareja lo pone difícil (porque se trata de su mamá) tendrás que ser más valiente y aclarar que te mudarás a otra casa. Cuando tu matrimonio es entorpecido por una suegra y tu pareja lo permite, te toca asumir acciones en solitario, porque tienes derecho a tu bienestar emocional y mental.
También es probable que, debido a tu decisión, tu pareja recapacite, porque a fin de cuentas, un noviazgo o matrimonio “no invita” a suegras, cuñados, primos ni amigos. De lo contrario, tendrás que replantearte la relación.