Cómo lidiar con una suegra “metiche”: 3 consejos de expertos
Si no lo has vivido, podría parecerte gracioso, pero llega en un punto en que realmente no lo es, y cuando no se controla a una suegra "metiche", tu matrimonio podría verse gravemente afectado
Hay suegras que son "metiches" inconscientemente, pero otras están completamente centradas en sus intenciones, quizás de incomodar. ¡Ten paciencia y toma decisiones! Crédito: Shutterstock
Entre los diferentes tipos de suegra que pudieras toparte en la vida, una de las más comunes, pero detestables es la suegra “metiche”. Es aquella que, de manera intencionada o inconsciente, se mete en todos tus asuntos: de pareja, maternidad o femeninos. Algunos bromearían diciendo: “Suegra, le compraré una piscina… para que se meta”.
Si no lo has vivido, podría parecerte gracioso, pero llega en un punto en que realmente no lo es. Cuando no se controla la situación de una suegra “metiche” tu matrimonio podría verse gravemente afectado. Y si estás viviendo con la madre de tu pareja, el escenario llega a ser peor.
De acuerdo a la revista Psicopedia, este no es un problema que surge ahora, sino que probablemente viene desde la infancia de tu pareja. Las madres muchas veces creen que la mejor forma de evitarles el sufrimiento es intercediendo en todo momento, pero la realidad es que les va dañando la autoestima y la posibilidad de que madure en una relación amorosa.
Entonces, cuando llegas tú, empiezas a lidiar con un problema de años. Sobre todo cuando vives en casa de tu suegra, muy distinto a que ella viva en la tuya, ella se siente en derecho de opinar y comentar en cualquier conversación que tienes con tu pareja.
Al principio podría pedir permiso, hasta disculpas, pero luego se meterá sin previo aviso. Y si no actúas, pronto empezará a llevarte la contraria y tomar una decisión que seguramente le corresponde a ustedes. Allí es cuando el grado de “metiche” ha llegado al “modo legendario”.
3 consejos de expertos para lidiar con una suegra “metiche”
Crea distancia
1
Tanto emocional como física. Al principio podría ser muy evidente si no lo haces con estrategia. Toma distancia, diplomacia y trata de tener tus conversaciones en privado, preferiblemente encerrados en la habitación o fuera de la casa.
Esto automáticamente creará una distancia emocional, pero tal vez debas reforzarlo con cortar el compartir y algunas cotidianidades. Por un tiempo, olvídate de conversar con un café o de cocinar juntas, lo mejor es que guardes tu espacio.
No interfieras en los asuntos "madre e hijo"
2
Aplica el típico “no me hagas lo que no te gusta que te hagan”, así que evita interferir en conversaciones o discusiones que tu pareja tenga con su madre. De este modo continuarás creando una distancia que se ha vuelto necesaria.
Además, cuando quieras reclamar alguna actitud “metiche”, no podrá decir que tú lo eres, así que le dejarás sin argumentos.
Cuidado con la convivencia
3
Una suegra “metiche” que vive en su propia casa es más fácil de controlar, pero si la tienes bajo tu techo o estás en el suyo, el escenario es más complicado.
En este sentido, habla con tu pareja y mediten en la decisión de vivir solos, porque van a desatarse conflictos por un tercero que le hacen daño a tu matrimonio.
Este tipo de suegra es un arma muy filosa para cualquier relación, sobre todo si debes verle la carita todos los días, metiéndose hasta en tu café de las mañanas.
Y hablando de suegras, mucho cuidado con aquella que dice “te quiero como si fuese una hija o un hijo más”, porque cuando empiece a tratarte como “un hijo más”, te vas a comer las verdes. Ya lo sabes: diplomacia, la distancia necesaria, pero respeto, siempre el respeto.
