Fobias sexuales: cuáles son las más comunes y cómo se origina cada una

De la mano de la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, te detallamos cuáles son las fobias sexuales más frecuentes que puede padecer una persona, por qué se originan y cómo le imposibilita disfrutar de la intimidad con su pareja

fobias sexuales más frecuentes

Las fobias sexuales no solo afectan a la persona que siente el miedo, sino también la confianza de la pareja, llevándole a la frustración.  Crédito: Shutterstock

Así como existen fantasías y parafilias sexuales, como la misofilia o la basetofilia, en la cama también se viven algunas fobias sexuales, que son miedos intensos e irracionales hacia una determinada situación. Si bien la mayoría son raras, la realidad es que son comunes, sobre todo cuando comprendes cómo podría originarse cada una.

Con el aporte de la psicóloga española Gema Sánchez Cuevas, especializada en terapias de tercera generación, terapias contextuales, intervención sistémica, psicología psicosomática y monitora de educación sexual, te explicamos en qué consiste cada una.

Las 6 fobias sexuales más comunes y cómo se origina cada una


Genofobia

1

La genofobia consiste en un miedo irracional al acto físico de la penetración o coito vaginal, y puede sucederle tanto a hombres como mujeres.

Estas personas no tienen problemas para desnudarse, hacer un juego previo, besarse, tener sexo oral y cualquier otra práctica que no implique la penetración.

Pero cuando se propone el coito vaginal, el genofóbico pierde la excitación, se llena de ansiedad y podría entrar en pánico.

Por lo general, este tipo de fobia se origina debido a malas experiencias del pasado, desde haber sufrido agresión hasta tener miedo al embarazo.

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Gimnofobia

2

Es la fobia a desnudarte frente a otra persona. La gimnofobia te lleva a experimentar un rechazo rotundo a la idea de desnudarte o ver a alguien más hacerlo, provocando gran incomodad y hasta cuadros de ansiedad.

Según la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, este miedo impide que la persona pueda disfrutar de la intimidad con su pareja y atribuye su origen a un posible trastorno de ansiedad, combinado con alguna experiencia del pasado. Es probable que el gimnofóbico alguna vez fue forzado a desnudarse, siendo sometido a burlas y humillación.


Erotofobia

3

Si bien no es algo sexual, desde lo físico, sí está relacionado. La erotofobia es el miedo irracional a los temas que tienen que ver con la sexualidad. Es una persona repleta de tabúes y que prefiere huir antes que hablar sobre sexo.

Una personalidad demasiado introvertida, el exceso de vergüenza y la poca experiencia en temas sexuales llevan a la persona a evitar cualquier comunicación acerca de la intimidad.


Falofobia

4

De las más extrañas, pero con un origen bien marcado. La falofobia consiste en el miedo intenso hacia ver o tocar el miembro masculino. Por lo general le sucede mucho más a las mujeres, pero en algunos hombres se relaciona con el miedo irracional a tener una erección.

Esta fobia limita el contacto sexual y los placeres que provienen de la intimidad. Sin embargo, los abusos sexuales en la infancia y adolescencia desarrollan un alto grado de falofobia.


Agrafobia

5

Muy común, aunque también es rara. La agrafobia consiste en el miedo intenso de ser abusado sexualmente. Puedes estar en la intimidad con tu pareja y repentinamente entras en pánico por creer que esa persona no está haciendo el amor, sino violándote.

Como es evidente, este tipo de fobia la desarrolla cualquier persona que haya sufrido agresiones sexuales en el pasado. Pero también se origina cuando la mujer comparte su intimidad con un hombre que es muy rudo en la cama.


Vaginismo

6

Es una fobia muy similar a la genofobia, porque ambas implican el terror hacia el coito vaginal. Sin embargo, en el vaginismo hay un rechazo asociado a la inseguridad, la poca experiencia o cuando la mujer nunca ha tenido relaciones sexuales.

El vaginismo te lleva a contraer involuntariamente los músculos de la vagina, de una forma tan fuerte, que dificulta la penetración. Debido al esfuerzo muscular, tiende a provocar calambres.

En los casos más severos, la mujer se niega a asistir a consultas ginecológicas y rechaza el uso de tampones.

De acuerdo a la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, cada una de estas fobias puede superarse con dos factores fundamentales: primero, la terapia cognitiva conductual, la cual se va aumentando gradualmente, y segundo, el apoyo y comprensión de una pareja.


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