Facebook, Instagram, Twitter, malas para la salud: cómo su influencia te puede enfermar
La realidad es que si bien las redes sociales son un canal que nos conduce a esos escenarios enfermizos, nuestra permisividad y mala estrategia para utilizarlas son los motivos responsables
Las redes sociales nos pueden crear obsesión, estrés y falsas perspectivas sobre la vida real de los demás. Crédito: Gerd Altmann | Pixabay
Además de las estafas, suplantación de identidades y los ‘trolls cibernéticos‘, hay otro enemigo al que se enfrentan los usuarios que a diario navegan por Facebook, Instagram o Twitter: la influencia de las redes sociales. Este “lado oscuro” de las plataformas públicas son capaces de enfermarnos emocionalmente. Pero no solo se trata de los contenidos inapropiados o las informaciones crudas, sino también de la perspectiva con que las utilizamos y la cabida que le damos en nuestra psicología.
A esto se le suma la llegada de los influencers, personajes que se hacen famosos por su contenido viral y cantidad de seguidores. Si bien muchos de ellos van a los suyo, generar y ganar, otros mantienen intenciones adicionales que no siempre son saludables, pero parten precisamente de ese título o habilidad que han adquirido: influenciar.
Y es así como nos volvemos vulnerables, desarrollando enfermedades o condiciones que psicológicamente nos maltratan casi sin darnos cuenta. Pero… ¿Tiene la culpa Facebook, Twitter o Instagram? la realidad es que si bien las redes sociales son un canal que nos conduce a este escenario, nuestra permisividad y mala estrategia para utilizarlas son los motivos responsables. Excluyendo a los niños, que siendo más inocentes deben ser educados en el uso de teléfonos.
3 influencias de las redes sociales que nos enferman y cómo enfrentar cada una
Las falsas apariencias
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Cuando un usuario publica una imagen intenta presentar su mejor faceta desde lo visual, lo que incluye el empleo de filtros para “vender” el aspecto más brillante y rozagante de su vida.
Y estas falsas apariencias donde se busca demostrar una “perfección” es lo que ha llevado a una comparación social desenfrenada, reseña Gossip Cop. No solo ocurre con fotos, sino también con estados, eventos e historias compartidas.
Es así como una chica aplica tres y cuatro filtros para lucir lo más bella posible en una foto, o quizás un hombre soltero se entristece al ver la “perfecta relación” de otras parejas, que no necesariamente es envidia sino necesidad. A partir de esas situaciones influenciadas por las redes sociales caemos en comparaciones nocivas de nuestra vida con la de los demás.
Solución
Lo más importante en este escenario es recordar que dichas plataformas están llenas de falsas apariencias, por lo que no todo lo que se ve es real. Detrás de una sonrisa mejorada con filtro hay una vida personal llena de situaciones adversas, mientras que en una foto de la “pareja perfecta” hay decepciones, infidelidades y tristezas. Seguramente el “caras vemos, corazones no sabemos” es un refrán que aquí cobra mucha fuerza.
Para sobrellevarlo hay dos estrategias, la primera es que cambies la comparación por admiración, lo que te protege de envidias y el hecho de recalcar tus necesidades. Y la segunda es centrarte en las cualidades que más te gustan de ti, que no tienen por qué ser visuales.
Cuidado con el FOMO
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Por sus siglas en inglés significa ‘Fear of Missing Out’, que traducido es el “miedo a perderte”. De acuerdo al Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI) de Estados Unidos se define como “la preocupación de los usuarios en redes sociales de perderse una oportunidad al no estar conectados”.
Básicamente es la obsesión por permanecer online para no perderte ningún acontencimiento, noticia o anécdota, más allá de la importancia o repercusión que tenga sobre tu vida. Cuando ocurre sentimos estrés y ansiedad, por creer que estamos fuera de onda.
Solución
Los psicólogos sugieren que pongamos más atención a lo que ocurre fuera de las pantallas del teléfono, lo que permite apreciar momentos cercanos, íntimos y seguramente más importantes.
Los problemas ajenos nos envuelven
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Otra de las influencias que las redes sociales nos lanza en perfecta dirección hasta la mente. Según Gossip Cop, hay una tendencia llamada doomscrolling, que se basa en navegar y continuar navegando en medio de malas noticias que tal vez no repercuten en nuestra vida privada, pero que probablemente nos afectan.
No siempre se trata de tiroteos masivos, la pandemia del COVID-19 o la difícil situación que vive Afganistán, sino también inconvenientes ajenos que sufren nuestros contactos de redes sociales, como la pérdida de un ser querido, la noticia de una enfermedad, el extravío de una mascota o una ruptura sentimental. Esto significa que el estrés de los demás impacta en nuestra mente.
Solución
Los psicólogos recomiendan que cuando este tipo de situaciones nos afecte emocionalmente, se activen opciones con las que siempre contamos en redes sociales: bloquear, eliminar u ocultar.
Recuerda que hay usuarios dedicados al pesimismo, la crítica, que promueven la envidia y un sinfín de sentimientos o acciones negativas. No te dejes bombardear por este contenido y controla desde tu perfil qué es lo que deseas ver.
