Cómo controlar el sudor si estás nervioso por una infidelidad
El sudor es una función natural del cuerpo que ayuda a regular la temperatura y se puede controlar

La transpiración puede convertirse en una molestia cuando nos enfrentamos a momentos de tensión o estrés. Crédito: Gladskikh Tatiana | Shutterstock
El sudor es una función natural del cuerpo que ayuda a regular la temperatura, pero también aparece en momento de tensión o estrés, especialmente si estás en una infidelidad.
El estrés puede causar sudoración excesiva, incluso en condiciones ambientales normales o que resulten cotidianas.
Este proceso de sudoración es natural del cuerpo, en ocasiones puede causar vergüenza y ansiedad, especialmente si estás en una situación en que te sientes juzgado.

Por ejemplo, algunas personas suelen tener más sudor sin poder controlarlo, y aunque hay una especie de «tranquilidad» que permite controlar la sudoración, otras personas no la conocen.
Situaciones cotidianas como el trabajo, un examen, un evento social o una primera cita, pueden causar nervios o estrés.
Inclusive, sentirte descubierto por una infidelidad y, es muy común que en algunas personas se presente una sudoración excesiva o atípica.
Consejos para evitar el sudor por estrés
Más aún en estos momentos en los que no queremos sentirnos incómodos por la transpiración, hay una serie de cosas que se pueden hacer para controlarla, incluyendo:
- Identificar y evitar los desencadenantes del estrés. Esto puede ser difícil, pero puede ser útil mantener un registro de las situaciones que parecen provocar la sudoración.
- Aprender técnicas de relajación. Técnicas como la respiración profunda, la meditación y el yoga pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
- Evitar las comidas pesadas o picantes antes de situaciones estresantes.
- Beber mucha agua para mantenerse hidratado.
- Vestirse con ropa suelta y transpirable.

Causas del sudor por estrés
En las sociedades modernas el estrés es un síntoma habitual para muchas personas, y viene acompañado por ansiedad.
De hecho, el estrés que provoca el sudor puede resultar ser una respuesta adaptativa a una situación complicada como, por ejemplo, un duelo por la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo.
A parte del estrés de la vida diaria y la respuesta a acontecimientos problemáticos, el sudor generado por estrés suele darse en el contexto de un trastorno de ansiedad.

Puede que sufras de trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social, de trastorno de pánico o de trastorno obsesivo-compulsivo.
A menudo la gente piensa que la ansiedad solo se experimenta sintiendo miedo y preocupación, pero, cuando un trastorno de este tipo se presenta, el estrés que provoca genera una serie de síntomas físicos.
Uno de ellos es el sudor excesivo, además de fatiga, taquicardia, dificultad para respirar, tensión muscular, o síntomas gastrointestinales como náuseas o diarrea.
Sudor nocturno por estrés
En ocasiones, puede que sudes cuando estás en la cama sin motivo aparente, y te despiertes en un estado de ligera a moderada agitación y con las sábanas empapadas.
Si esto te sucede, puede que las preocupaciones, que en ocasiones se presentan en forma de rumiación durante la noche, te provoquen el sudor.
Además, existe la posibilidad de que estés experimentando pesadillas a causa del estrés, y que esto genere los episodios.

Para prevenirlos, es recomendable utilizar técnicas de relajación o respiración, incluyendo meditaciones o posturas de yoga suaves antes de ir a dormir.
De hecho, el mismo temor a sufrir insomnio y no descansar es lo que provoca ansiedad a la hora de acostarse.
Asegúrate de que la habitación esté a una temperatura adecuada y de que usas pijamas de materiales como el algodón, sin utilizar mantas muy pesadas o no transpirables.
No es recomendable practicar deporte justo antes de acostarse, ya que activa mucho el cuerpo.
Prevención y soluciones
Prevenir el estrés es necesario para evitar la sudoración excesiva. Para ello, es conveniente asegurarse de mantener un estilo de vida equilibrado.
Debes mantener una dieta rica en nutrientes y baja en alimentos procesados.
Además, no olvides establecer una rutina de sueño para hacer frente al insomnio derivado del estrés, que a su vez provoca más cansancio y malestar.
Para ello, puedes tener horarios habituales para acostarte y levantarte, no pasar tiempo en la cama durante el día ni hacer la siesta.
Recuerda que, para evitar el insomnio, es importante no utilizar pantallas de teléfonos móviles, ordenadores o tabletas al menos dos horas antes de ir a dormir.

En el caso de que tengas que usarlas, asegúrate de tener una pantalla que mitigue la luz usando filtros o aplicaciones que se pueden descargar fácilmente por internet.
Si la causa subyacente a tu estrés es un trastorno de ansiedad o depresivo, es altamente recomendable que abordes tu estado de salud mental para solucionar el origen del problema.
En este caso, puedes acudir a un psicólogo especialista en psicología clínica para someterte a un tratamiento psicoterapéutico.

Los trastornos de ansiedad y depresión pueden ser tratados con éxito con la terapia cognitivo-conductual, que ha demostrado ser efectiva en la reducción de este tipo de sintomatología.
Además, puede que, si tus síntomas son muy intensos, te ayude el uso de medicación para mitigar esta problemática.
De esta manera, tanto el médico de cabecera como un médico psiquiatra pueden decidir cuál es el mejor abordaje farmacológico para ti.