Qué es el beso arcoíris: una desafiante y peligrosa práctica sexual
Que apaguen sus teléfonos los amantes del "sexo vainilla"
Si el “queening” te pareció una postura sexual que puede romper todos tus límites en la cama, existe otra práctica que podría ser más desafiante, pero ojo, porque también peligrosa. Se trata del “beso arcoíris”, que definitivamente es una atrevida forma de sellar un encuentro íntimo.
Que apaguen sus teléfonos los amantes del “sexo vainilla”. El beso arcoíris es literalmente un beso, pero no el “lenguita de 5 segundos” del que hablaba Jack Nicholson en Anger Management, sino una práctica tan atrevida como asquerosamente romántica.
De acuerdo a los sexólogos, consiste en que el hombre guarda en su boca un poco de la sangre del periodo de su pareja, mientras que la mujer retiene en su boca la eyaculación de él. Seguidamente, se besan apasionadamente, intercambiando ambos fluidos.
Al mezclarse el rojo de la sangre con el blanco del semen, se forma un líquido colorido al que asocian con el arcoíris. Y he allí… el “beso arcoíris”. Ni el autor del Kamasutra se atrevió a tanto.
Si bien te puede parecer algo impensado de hacer, seas hombre o mujer, a otros quizás les parezca atractivo. Hasta el momento, los expertos no lo califican como una parafilia o fetiche, sino una práctica a la que llegan las parejas más osadas en la sexualidad.
¡Cuidado! El “beso arcoíris” implica riesgos para tu salud
Esta práctica te exige tener contacto directo con los fluidos de la otra persona, por lo que te expones al riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual. Y aunque con una pareja estable, eso se reduce, los sexólogos no están abiertos a proponerlo ni recomendarlo.
Con un beso arcoíris es muy fácil que contraigas herpes bucal, gonorrea, clamidia, Virus del Papiloma Humano (VPH), Hepatitis y VIH. El riesgo es aún mayor cuando tienes lesiones dentales o en los labios, sin hablar sobre la posibilidad de tragarte el fluido.
La realidad es que si quieres escapar de la monotonía en la cama, existen muchas otras prácticas, atrevidas, pero mucho más sanas. Por ejemplo: puedes practicar la postura del sacacorchos, el método Kivin o el truco de la almohada.
Y si te quieres lanzar al “beso arcoíris”, es fundamental que ambos los conversen con un sexólogo o terapista sexual, para guiarlos en el método más sano posible y cuáles son los probables riesgos.
La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.