Ir a terapia: 5 buenas razones para priorizar tu salud mental
El doctor Seth J
Gillihan aseguró que si tienes dolor la mayor parte del tiempo y te encuentras sufriendo, probablemente necesites hablar con un terapeuta. En estos casos el origen puede estar presuntamente identificado. Crédito: Shutterstock
¿Cuándo debería ver a un terapeuta? Para las personas que hemos crecido sin la opción de ir a terapia, responder a esta pregunta resulta sumamente complejo. Por ello, te decimos 5 buenas razones para priorizar tu salud mental y agendar una cita con tu psicólogo.
La terapia psicológica es un privilegio al que no tienen acceso muchas personas, pero aquellos que tienen la oportunidad de ir no deberían descartar la idea de buenas a primeras.
En pleno siglo XXI todavía hay mucho tabú alrededor de la terapia y de los psicólogos. Que si “es para gente loca” o que los mismos expertos de salud mental “están locos”, que antes no existía eso y simplemente debes ser más fuerte, que cada vez somos menos capaces de manejar nuestros propios asuntos, etc.
Cada una de esas acusaciones podría ser rebatida con datos objetivos, pero esa no es la finalidad de esta nota, sino la de hacer comprender que ir a terapia es el acto de amor más grande que puedes hacer por ti mismo y que cuando alguien te lo sugiera, también es un acto de amor.
El doctor Seth J. Gillihan, psicólogo licenciado que se especializa en terapia cognitiva conductual consciente, explicó en su columna para Psychology Today que hay 5 buenas razones para priorizar tu salud mental y agendar con un profesional.
“Puede identificarse con uno o más de estos signos; incluso si ninguno de ellos resuena contigo, es el momento adecuado para la terapia cuando estás pensando que lo es, por cualquier motivo”
1. Estás sufriendo por un hecho particular
Gillihan aseguró que si tienes dolor la mayor parte del tiempo y te encuentras sufriendo, probablemente necesites hablar con un terapeuta. En estos casos el origen puede estar presuntamente identificado: un duelo por un ser querido o una mascota, una decepción amorosa, una dificultad laboral, etc.
2. Estás luchando para lidiar con la vida
Si te cuesta trabajo salir de la cama en las mañanas, asearte, relacionarte con más personas, conocer gente nueva, y no sabes la razón, es momento de comenzar a identificar los hilos que te mueven en tu proceder.
Si te sientes como si hubieras llegado al final de tu propia capacidad para cumplir con las demandas de la vida, es hora de salir de ahí.
3. Las cosas empeoran a pesar de tus esfuerzos
No está mal reconocer que no podemos solos con algo, o con todo. Estás haciendo todo lo que sabes para sentirte mental y emocionalmente bien, pero nada parece ayudar, es un llamado de atención considerable.
4. Alguien que te quiere te lo sugiere
Que alguien querido te sugiera a terapia es realmente un acto de amor y no debe ser tomado como otra cosa. Esa persona cercana está reconociendo que no está en su poder ayudarte de la manera que lo haría un experto.
Incluso si la recomendación se debe en parte a la frustración contigo, considéralo con el mayor cuidado posible.
5. Sientes que lo necesitas
Ir a terapia acarrea muchos miedos, desde lo que los demás piensas, hasta lo que tú piensas de ti mismo/a. Comenzar la terapia casi nunca es una decisión segura al 100%, pero implicará ambivalencia. Una parte de ti dirá que sí y otra parte dirá que no. El cambio siempre es así, dijo el doctor.
“La curación comienza antes de su primera sesión de terapia, cuando una voz dentro de ti te hace saber que es el momento”, expresó.
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