Productos hiperpalatables: ¿por qué no puedo dejar de comer ultraprocesados?

Los productos hiperpalatables hacen que nos volvamos adictos porque el cerebro comienza a recibir información mucho más intensa, mucho más fuerte, que un vaso de agua o un alimento sano

Productos hiperpalatables

Las papas fritas, las hamburguesas, los embutidos, las donas, las bebidas endulzadas y gaseosas, las galletas, los nuggets, son comidas deseables por parte de la mayoría de las personas… y es que están diseñadas para serlo. Crédito: Shutterstock

¿Has escuchado alguna vez el término “productos hiperpalatables”? Estos alimentos combinan ingredientes que inducen el sabor, con un alto contenido en calorías, grasa, azúcar y sal, y están específicamente diseñados para dejarnos con ganas de más, debido a que aportan poco en términos de saciedad o nutrición.

Esta simple definición puede responder a la interrogante que seguramente en algún momento te has preguntado: ¿por qué no puedo dejar de comer ultraprocesados?

Las papas fritas, las hamburguesas, los embutidos, las donas, las bebidas endulzadas y gaseosas, las galletas, los nuggets, son comidas deseables por parte de la mayoría de las personas… y es que están diseñadas para serlo.

Las repercusiones dañinas que tienen este tipo de productos en tu salud ya se han establecido por parte de la ciencia en cuanto a enfermedades autoinmunes, cáncer colorrectal, problemas cognitivos y obesidad, demencia, hipertensión e incluso infertilidad, y todavía se siguen estudiando muchas otras relaciones con enfermedades.

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Pero a pesar de que sabemos que es algo dañino, los seguimos comiendo. ¿Cuál es la ciencia detrás de este consumo compulsivo?

El doctor argentino Javier Furman, quien tiene una comunidad en TikTok de 1.9 millones de seguidores y acumula más de 10.6 millones de me gusta con sus videos en la plataforma, explicó cómo funcionan los productos hiperpalatables a través de las gaseosas, sea la que sea de tu preferencia.


“Una lata de Coca Cola, que equivale a 350 mililitros, va a requerir 33 litros de agua para poder compensar metabólicamente la intoxicación de este producto en tu cuerpo. Considera que si tomas 33 litros de agua de golpe puedes morir por sobrehidratación, por hiperhidrosis”

Furman invita a imaginar las repercusiones que puede tener el tomar una gaseosa todos los días durante un período prolongado de tiempo.

Explicó que cuando tomamos una gaseosa le estamos dando un doble mensaje al cerebro, le estamos diciendo: “estás tomando líquido”, es decir te estás hidratando, pero en realidad se trata de un químico con azúcar o edulcorante y estamos intoxicando nuestro organismo.

Entonces tu cerebro dice: “¡listo! nos estamos hidratando y no tenemos sed”, y mientras más nos intoxicamos más perdemos la sensación de la sed y terminamos por deshidratamos.

Los productos hiperpalatables hacen que nos volvamos adictos porque el cerebro comienza a recibir información mucho más intensa, mucho más fuerte, que un vaso de agua o un alimento sano, y eso después tapa lo que puede llegar a ser la satisfacción de beber o comer.

El experto recomienda que de a poco se dejes de adquirir en la tienda o supermercado estos alimentos o bebidas ultraprocesados para que no sea un cambio tan abrupto.

No obstante, definitivamente es todo un reto.

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