5 cosas que asustan a tu gato y seguramente ni lo sabías

Según describe el portal Soy un gato, los felinos tienen un olfato muy afinado, lo que les hace sensible a los olores fuertes. El aroma de una cebolla, el vinagre, un limón, una naranja y el alcohol van a espantarle rápidamente. Tampoco significa que saldrá corriendo, pero no querrá acercarse a esa zona.

Cuando su arena sanitaria ya está muy usada, ese mismo olor penetrante que te podría molestar a ti, también le causa aversión a tu gato. Este es uno de los motivos por los que estaría haciendo sus necesidades fuera de la caja de arena.

Al sentir un fuerte olor, uno que supere la capacidad tolerante de su olfato, se sentirá amenazada y se apartará.

Los globos, especialmente los de helio (que se mantienen en el aire), pueden atemorizar intensamente a tu gato por una sencilla razón: se mantienen por encima de él.

Cuando el felino ve un globo sobre su cabeza, a corta o mediana altura, sentirá que le puede caer encima, por lo que automáticamente se alejará del espacio.

Con las pelotas grandes ocurre algo similar, cuando siente que el objeto puede golpearlo o arrollarlo. Lo conveniente es acercársela poco a poco para que olfatee y descubra que no tiene por qué tener miedo.

Lo mismo ocurre con una licuadora, un picador de alimentos u otro electrodoméstico que emita un ruido fuerte. Encender un secador de pelo le alejará inmediatamente, pero se mantendrá curioso por saber qué es lo que suena.

La buena noticia es que tu gato podría acostumbrarse al ruido del aparato, siempre que no lo utilices para asustarlo intencionalmente. Con el tiempo entenderá que no es peligroso e ignorará el sonido, a menos que lo tome por sorpresa.

Si le tomas por sorpresa, se asustará mucho, sobre todo cuando le aplaudes con fuerza a modo de regaño, algo que los expertos recomiendan no hacer. Pero si aplaudes con normalidad, dándole a entender que no es con él, se sentirá curioso, pero no huirá.

En un escenario similar, varias personas aplaudiendo podrían aturdirlo, por lo que buscará refugiarse.

Esta es una de las técnicas que puedes aplicar para que tu gato haga caso, pero sin regañarlo. El siseo les pone rápidamente en alerta, e insistir con el sonido le incitará a alejarse.

Por ejemplo, imagina que está montado en una mesa donde no quieres que esté, hacerle un siseo cada vez que trate de subirse le indicará que ya no debería repetirlo. Asociará el sonido con un peligro ficticio.