Cómo hacer que mi gato me haga caso: 3 técnicas para lograrlo sin regañarlo
Tu gato nunca va a entender a través de regaños, gritos y maltratos, así que por favor desiste de esos métodos
Una de las marcadas diferencias entre perros y gatos es que los felinos, por su sentido de independencia, son poco obedientes. Si quieres hacer que tu gato haga caso, olvídate de hablarle como si fuese un niño, regañarlo, gritarlo y mucho menos pegarle, ya que además de contribuir al maltrato animal no estás logrando absolutamente nada.
De acuerdo a Alma Animal, sitio web especializado en mascotas y animales domésticos, tu gato “nunca va a entender que debe obedecerte porque es de naturaleza independiente y piensa por sí mismo”.
En este sentido, puedes aspirar a que tu peludo amigo corrija su conduta y entienda mediante sus instintos que hay determinadas cosas que no debe hacer: comerse algo que no esté en su plato, entrar al baño, arañar un mueble o hacer sus necesidades fuera de la caja de arena.
Sin embargo, no lo hará por obediencia, sino que porque comprenderá que no le conviene hacer este tipo de cosas y que podría sufrir consecuencias: caerse o llevarse un buen susto.
Cuando regañas, gritas o le pegas a tu gato simplemente huirá porque se siente amenazado, incluso se esconderá y hasta podrías perder su confianza. Y ninguna de estas acciones hará que te obedezca. Si de verdad quieres lograrlo, aplica las siguientes estrategias:
3 técnicas para que tu gato te haga caso sin regañarlo
Enséñale desde pequeño
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Esto es primordial, porque bajo esta educación temprana puedes lograr que respete los límites de tu hogar. No significa que va a obedecerte en lo que le pidas, porque no está en su instinto natural, pero entenderá que no debe escarbar en la basura, destrozar los muebles y cortinas o incluso subirse a la cama.
Toma en cuenta que adiestrar un gato no es cosa de un solo día y necesitas de mucha paciencia, porque a diferencia de los perros entienden más con gestos que palabras.
Con el tiempo tu felino puede asociar el sonido de una palabra a algo específico, como “no”, “comida”, “abajo” e incluso su propio nombre. Recuerda también que no solo identifican el sonido de la palabra, sino que se guían por el tono de voz de la persona.
No lo castigues, engáñalo
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Castigarlo implica gritarle, pegarle e incluso encerrarle. Fácilmente podrás pensar que esto es lo más efectivo, pero en realidad es cruel y hasta un delito. Un vecino que te pille maltratando a tu gato estará en todo el derecho de grabarte y denunciarte ante la Sociedad Protectora de Animales.
En lugar de eso opta por “engañarlo”. Tu gato no sentirá rencor porque le hayas engañado para que suspenda un comportamiento.
Por ejemplo, si lo ves subido a una mesa en la que no debe estar, invítale a comer para que se baje e ella. También podrías rociarle unas gotitas con agua cuando haga algo indebido, de modo que asocie esa conducta con la consecuencia de terminar mojado.
Hazle un siseo para asustarlo
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Qué tal si decides hablar su propio “idioma” para que haga caso. Esto es lo que normalmente hacen entre ellos mismos para espantarse o marcar distancia, así que podrías hacer lo mismo.
Cuando tu gato estén haciendo algo indebido míralo fijamente a los ojos y siséale alto y claro, incluso con un podo de rudeza. Esto le pone en un estado de alerta y podría hacerle entender que su acción no es bienvenida.
Esta última técnica también forma parte de su educación temprana. Si has permitido que tu gato haga y deshaga, es probable que el siseo tampoco funcione, porque sencillamente no te respeta.
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