Ansiedad: los 4 problemas que un ansioso afronta en una relación de pareja y cómo lidiar cada uno

Una relación de pareja exige demanda de tiempo, presencia y responsabilidad, tanto como la de un nuevo trabajo, y son escenarios que indudablemente pueden inyectar mayor presión a tu mente

Ansiedad

Al entregar tus sentimientos a una pareja, sabrá perfectamente cómo alegrarte y cómo lastimarte, siendo esto último un archienemigo de tu ansiedad. Crédito: Freepik

Cuando convivimos con ansiedad y entramos en una relación amorosa, este trastorno pasa a formar parte de esa relación, lo que puede generar conflictos por la dificultad de tu control emocional. Probablemente no sea tu culpa, tampoco la de tu pareja, pero la situación deja dos caminos: el del compromiso de comprensión de esa persona que has elegido, que no es nada fácil, o el adentrarte en problemas que podrían empeorar tu condición. Veamos cuáles son:

Los 4 problemas que afrontas en una relación de pareja si sufres de ansiedad


La responsabilidad de tener una pareja puede inyectar ansiedad

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Cuando sufrimos de ansiedad, incluso ataques de pánico, cualquier nueva responsabilidad: un trabajo, cuidar a un familiar, manejar altas sumas de dinero o alimentar una relación de pareja, son escenarios que pueden inyectar mayor presión a tu mente.

Esto no significa que al ser ansioso debes estar soltero, pero sí hay situaciones que no siempre ayudan, sobre todo si tu pareja no entiende del todo tu condición.

Por ejemplo, imagina que vas a tomarte un medicamento para el estómago que te recetó el médico y tu pareja te dice: “me preocupa que esa pastilla te pueda caer mal porque nunca la has consumido”. Es el peor comentario que pueden hacerte, porque ahora tu mente ansiosa maquina cualquier efecto secundario que pueda producirte.

Son escenas que surjen de una relación de pareja y con las que se debe tener mucho cuidado. Antes de vincularte afectivamente con cualquier persona, esta debería estar consciente y dispuesta a tratar con tu ansiedad, velando por reducirla y controlarla.


Tu trabajo para controlar la ansiedad puede perjudicar la relación

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Digamos que a tu pareja le gusta asistir a algunos eventos públicos, como partidos de fútbol o reuniones con amistades, pero resulta que la adrenalina del deporte te genera ansiedad, así como salir a la calle porque estamos en tiempos de pandemia.

Cuando velas por evitar este tipo de actividades para sentirte a gusto mental y emocionalmente, es probable que se alimente un conflicto con tu pareja. Quizás no en un principio, pero el tiempo podría desencadenar algunos problemas.

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La ansiedad subyacente, aquellos detonantes

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En una mente ansiosa siempre hay preocupaciones e inquietudes las cuales se trabajan para mantenerlas bajo control, incluso disiparlas. Pero no todos los días podrías sentirte en capacidad de ello, ya que estás atravesando por alguna situación cotidiana que añade estrés y preocupación.

Cuando estos microtransmisores del estrés se acumulan hay una ansiedad subayecente que podría detonar si tu pareja te insistió más de dos veces con una pregunta, quizás tan sencilla como “¿qué cenamos?”.

No significa que tu pareja haya actuado mal, pero no pudo identificar tu estatus emocional, lo que indudablemente genera un problema. Este tipo de reacciones son normales cuando se sufre de ansiedad, aunque luzca exagerada, ya que sin exteriorizarlo en su mente está haciendo malabares con cuatro y cinco pelotas.


Tu pareja sabe cómo lastimarte

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¡Y cuidado! Cuando estamos en una relación de pareja le estamos entregando a esa persona la llave de nuestros sentimientos, tanto positivos como negativos, ojo. Esto implica que así como sabe alegrarte con tu dulce preferido, también conoce las palabras exactas que podrían lastimarte.

El enorme problema de este escenario, y digo enorme porque realmente es así, es que si no te fijas bien en la persona que deseas tener a tu lado, podrías caer en las manos de un manipulador. Y ese es un archienemigo de tu ansiedad.

Imagina que tu condición emocional empeora cuando tu pareja luego de una discusión normal, cotidiana, te quita el habla. Si te aplica la llamada “ley del hielo”, sabiendo que esto te afecta emocionalmente, está manipultando tu ansiedad para mantenerte bajo control. Y si alguna vez sientes que así fue, lo más sensato es que huyas de esa persona.


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