Tu personalidad sexual: cómo saber cuál es la tuya

Define a aquellos amantes curiosos que siempre buscan la manera de reinventarse en la cama. La monotonía en el sexo no va con ellos, sino que les encanta probar nuevas posiciones, maneras de acariciar, juguetes y hasta lugares fuera de lo común.

Este tipo de personas también suelen probar cosas distintas en la intimidad, tal como palabras, escenarios, vestimentas y hasta comidas. Su intención siempre es que cada encuentro sea una sorpresa.

Entregarse en cuerpo y alma es el lema de los que tienen esta personalidad. Para este grupo, la sexualidad es la expresión de amor y conexión más profunda con esa persona especial.

Suelen preparar el escenario con detalles románticos, como una cena previa, velas y por supuesto las canciones de amor de fondo. Antes del encuentro sexual buscan que la conexión emocional sea la protagonista de la noche.

Este tipo de personalidad es más intensa y salvaje en las relaciones sexuales. Define a las personas que les fascina subir el tono con fogosos besos, romper la ropa interior con los dientes y hasta inician el juego previo de forma muy estratégica en público.

La ternura en la intimidad no va con ellos, sino que ponen el ambiente muy caliente y a su manera.

Define a quienes ven la sexualidad como un momento de conectar el alma con la persona que aman. Algunos intentan tener sexo tántrico, que son una serie de prácticas del tantra hindú y budista para hacer de la intimidad un ritual y así disfrutarla a plenitud.

También meditan antes de tener relaciones e investigan sobre posiciones que ayudan a conectar sus “chakras” y energías, con el objetivo de que ambos sienten mucho placer.

Así como les encanta hacerte reír con cualquier chiste u ocurrencia, en la cama lo que más buscan es que ambos se diviertan sin parar.

Son menos protocolares y si hay un traspiés o cualquier anécdota que sea graciosa, mucho mejor. No son para nada serios y hacen que el encuentro sexual sea más cómodo, descomplicado y aventurero. Tampoco le tienen miedo a los cambios ni a inventar posiciones en la cama.

Aquellos que estudian técnicas, tienen experiencias previas y ponen en práctica todo lo que saben en la cama. Por lo general son unos expertos del placer. Conocen perfectamente cómo llevar a su pareja a “la cima del cielo” y saben con detalle cuáles son las zonas erógenas de excitación para que alcancen el máximo gozo sexual.

Son quienes piensan que la sexualidad es más para dar que recibir, es decir, disfrutan haciendo gozar a su pareja, sin importar su propia llegada al clímax. Están dispuestos a complacer posiciones, fantasías, viéndose muy excitados desde su misma complacencia. Incluso les encanta recibir órdenes durante la intimidad.