Comer queso todos lo días: 4 beneficios y 2 consecuencias

Básicamente si no tienes alergias, intolerancias ni te encuentras en déficit calórico, con el queso todos son beneficios para ti

Comer queso todos lo días

Muchas variedades de quesos blandos y duros, incluidos el cheddar, feta, el parmesano, el suizo, el provolone, el gouda y el gruyere proporcionan probióticos, que alimentan a las bacterias buenas de tu intestino. Crédito: Pexels

El queso es un alimento delicioso, de esos que forman parte de tu dieta regular para desayunos, almuerzos, cenas e incluso snacks. Pero ¿se puede comer todos los días? Te decimos 4 beneficios y 2 consecuencias para la salud de hacerlo.

Existen muchos tipos de queso, cada uno con diferentes orígenes. El más común es el que proviene de la leche de vaca, cabra o búfala, pero en la actualidad también hay quesos de origen vegetal sin explotación animal.

Asimismo, hay quesos con diferentes grados de maduración, textura, sabor e ingredientes para adaptarse al paladar de cada comensal y a la receta de platillos específicos.

Considera que los adultos mayores de 65 años deben evitar los quesos brie y camembert porque son más propensos a una intoxicación alimentaria, que para este rango de edad termina la mitad de las veces en una hospitalización.

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Pero, más allá de eso hay ciertos pros y contras de su consumo regular, te lo decimos a continuación:

Beneficio #1: Aumentará el calcio en tu dieta

Una porción de queso de 1.5 onzas proporciona entre 115 y 350 miligramos de calcio, según la variedad. Los quesos duros tienen la mayor cantidad de calcio debido a su menor contenido de agua, lo que los hace más densos en nutrientes. Además, una porción de 1.5 onzas de queso cheddar contiene 305 miligramos de calcio, o un tercio de lo que un adulto promedio necesita en un día.

Esto resulta particularmente relevante cuando el 30 % de los hombres y el 60 % de las mujeres no obtienen suficiente calcio en sus dietas, y el 75 % de nosotros no cumple con las recomendaciones diarias de lácteos de tres servicios por día o 1,000 mg de calcio por día, según las Pautas dietéticas para los estadounidenses.


Beneficio #2: Puede mejorar la microbiota de tu intestino

El intestino es nuestro segundo cerebro y tener una microbiota saludable te ayuda a prevenir muchas enfermedades y el envejecimiento.

Muchas variedades de quesos blandos y duros, incluidos el cheddar, feta, el parmesano, el suizo, el provolone, el gouda y el gruyere proporcionan probióticos, que alimentan a las bacterias buenas de tu intestino.

Beneficio #3: Reduciría el riesgo de enfermedades del corazón

Un estudio de The Lancet no encontró correlación entre la ingesta de productos lácteos, incluido el queso, y el riesgo de enfermedades cardíacas o eventos coronarios importantes, a pesar de las grasas que este contiene.

De hecho, aquellos participantes voluntarios que informaron comer más de una porción de productos lácteos enteros o bajos en grasa por día tenían un riesgo reducido de enfermedad cardíaca, ataque cardíaco o muerte por enfermedad cardíaca.

Beneficio #4: Contribuye a la recuperación del músculo después del ejercicio

Investigaciones confirman que las proteínas de caseína en la leche pueden mejorar la recuperación después del ejercicio y ayudar a estimular la síntesis de proteínas musculares.

El queso es principalmente de caseína, una proteína completa de digestión lenta que también promueve la síntesis de proteínas después del ejercicio.

Consecuencia #1: Intolerancias y alergias alimentarias

Si el queso que consumes es de origen animal, estás expuesto a proteínas que pueden ser difíciles de digerir para tu cuerpo, lo que puede producir gases, descomposición estomacal, flatulencias e incluso acidez. Además de generar reacciones alérgicas que incluyen mucosidad, estornudos, tos, etc.

Consecuencia #2: Es alto en calorías

Si estás en una dieta de déficit calórico en la que deseas bajar de tallas con tu alimentación, puede que el queso no sea el mejor aliado.

El queso es nutritivo, pero también tiene muchas calorías y un sabor irresistible, por lo que es fácil consumirlo en exceso. Una onza de la mayoría de los quesos duros, como el cheddar, tiene entre 100 y 125 calorías.

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