Por qué no deberías ponerte protector solar solo en la cara: La foto de una mujer de 92 años lo evidencia
La foto de una mujer de 92 años se volvió viral en internet por evidenciar la necesidad de la protección solar más allá del rostro
Ya se ha repetido una y otra vez que se debe usar protección solar en la cara, pero en ocasiones se omite el cuello y el escote que también están expuestos a potencial daño del sol. Crédito: Shutterstock
La foto de una mujer de 92 años se volvió viral en internet por evidenciar la necesidad de la protección UV en tu día a día y por qué no deberías ponerte protector solar solamente en la cara.
La imagen, compartida por el Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology, muestra a la anciana con un rostro bastante terso y luminoso para su edad en contraste con un cuello arrugado y lleno de manchas por el sol.
Ya se ha repetido una y otra vez que se debe usar protección solar en la cara, pero en ocasiones se omite el cuello y el escote que también están expuestos a potencial daño del sol.
Otra zona muy expuesta son las manos, porque incluso cuando vas en el auto creyendo que las ventanas ahumadas protegen tus manos, la realidad es que los rayos ultravioleta atraviesan el cristal todo el tiempo. Así como las orejas, que a pesar de estar en la cabeza se pasan por alto.
El protector solar se ha convertido en los últimos años en el remedio más recomendado por los especialistas en dermatología para la prevención de las manchas oscuras de la piel y el envejecimiento prematuro, sobre todo en el rostro y las manos, partes del cuerpo más expuestas al sol.
No debes usar un factor menor a SPF 30 al salir de casa; y en los meses de verano debes aplicars uno mayor, de SPF 50, y volverlo a colocar en el rostro y manos “cada pocas horas durante el día si está afuera bajo el sol”.
Está comprobado que el uso diario de un protector solar de amplio espectro facial puede revertir visiblemente los signos del fotodaño existente.
En síntesis, una botella de protector solar no solo es la base para un bronceado de ensueño, sino también un recurso fundamental para evitar afecciones dermatológicas, lo que incluye un cáncer de piel en los casos más graves.
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