Cómo mejorar tu relación de pareja: 7 ejercicios diarios para fortalecer el amor mutuo

Cada vez que ocurra algo bueno o positivo escríbanlo y hagan un registro. Se trata de momentos como pareja, un café compartido, arreglaron la cama juntos, vieron un video gracioso, les dieron una buena noticia o tal vez cocinaron algo nuevo.

Anotar estos episodios significa inmortalizarlos y darle la importancia que merecen, por muy pequeños que sean. Esto va a fortalecer su vínculo, porque aún en lo más mínimo se sentirán como una pareja.

No necesariamente debe ser en un lugar público, tomarse de la mano es un signo de amor y protección, pero sobre todo de unión. Vean televisión tomados de la mano o háganlo antes de dormir.

Además, está demostrado que tomar de la mano a tu pareja tiene un efecto calmante, haciéndote emocionalmente (y físicamente) más resistente al dolor y estrés.

Poemas, noticias coloridas, informaciones interesantes, cuentos, historias, versículos bíblicos y hasta el horóscopo. Cualquier lectura que compartan el uno al otro será gratificante, confidencial y cariñoso.

Leerse en pareja produce confianza, cercanía y la oportunidad de compartir pensamientos y maneras de pensar. Este hábito es una delicia para tu relación amorosa.

Como una dinámica entretenida. Cada uno tome una hoja y escriba los “defectos” del otro, pero la clave es que eliminen esa palabra tan complicada (defecto). El papel debe titularse: “aspectos a mejorar de tu pareja”.

Luego intercambiarán las hojas y cada uno terminará leyendo sus propios “defectos”. Esto puede causar risas, sorpresas e incluso una maravillosa oportunidad para pedir perdón.

Y claro, tampoco se trata de completar la hoja por ambos lados. Escriban solo tres o cinco y un mes más tarde repitan el ejercicio, a ver si estos “defectos” siguen repitiéndose.

Si es más fácil tenerlo el fin de semana, perfecto. Un día exclusivo significa las 24 horas, nada de sobras, ratitos ni escapaditas apresuradas. La idea es que sin una excesiva planificación puedan regalarse un día perfecto como pareja.

Cocinen juntos, vean películas, salgan y compartan, pero sin separarse. Acá no hay trabajo, ocupaciones ni el sinfín de responsabilidades. El único objetivo es estar juntos.

¿Alguna vez te has recostado en el pecho de tu pareja, sintiendo y conociendo cómo late su corazón? Esta práctica es sencillamente maravillosa, porque te permite acercarte a un punto tan personal y puro, es conectarte con la anatomía de tu ser querido.

Escucha su corazón, siente su diástole y sístole, como aumenta y desciende el ritmo del bombeo. Allí está tu pareja, con vida, permitiéndote estar en su pecho.

Servir un café, pasar la toalla de baño, ofrecer el control de la televisión o regalar un vaso con agua son pequeñeces del día, pero en esas sutilezas hay algo delicioso y es la gratitud.

Dense gracias por las cosas más ínfimas, esas que ni siquiera se perciben por ser tan cotidianas. Y aunque ese “gracias” al inicio suene silencioso, en unos segundos se vuelve rimbombante.