Por qué no debes compartir tu jabón de baño, ni siquiera con tu pareja

Es fácil pensar que un jabón se limpia automáticamente, porque es un jabón, ¿Cierto? Pero nada está más lejos de la realidad

La razón por la que nunca debes compartir un jabón de baño.

Aunque digan que "se limpia solito", en una barra de jabón se adhieren miles de bacterias y microorganismos. Crédito: Shutterstock

Compartir la barra de jabón de baño es uno de los hábitos más frecuentes en cualquier hogar. ¿Quién se negaría a compartirlo con la pareja, un padre, una madre o los hijos, incluso con los hermanos? Sin embargo, aunque te suene muy cotidiano, expertos en salud pública lo desaconsejan por el bien de tu salud.

Es fácil pensar que un jabón se limpia automáticamente, porque es un jabón, ¿Cierto? Pero no. La realidad indica que puede acumular bacterias que se transmite de una persona a otra cuando se comparte.

Cuando compartes un jabón, ya estás en riesgo de que se adhieran a ti parte de los microorganismos y la suciedad que dejó la persona anterior que lo utilizó. Y si lo usan otros miembros del hogar, estas bacterias se van acumulando.

No es una teoría difícil de analizar si te borras la errónea percepción de que un jabón “se limpia solito”. ¿Acaso no te daría asco enjabonarte con una barra que estaba en el piso? Pues es prácticamente lo mismo y aquí no pensarás que se ha “autolimpiado”.

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También es cierto que muchos de los microorganismos que se adhieren a una barra de jabón no son potencialmente peligrosos, pero sí pudieran ocasionar infecciones cuando entran en contacto directo con una herida abierta o una lesión cutánea.


Opta por el jabón líquido o mantén tu propia barra de jabón

Aunque pueda parecerte radical, ni siquiera con tu pareja deberías compartir el jabón de baño, y es algo tan similar como un cepillo de dientes, un hábito “romántico” que aborrecen los dentistas.

Si quieres que haya “unión” respecto al uso de este producto, lo mejor es que optes por el jabón líquido, que reposando en su botella, llega como nuevo a las manos de cada persona que esté en la regadera.

La otra solución es que, sin ánimos de crear separación en el hogar, mantengas tu propia barra de jabón. Utilízala cada vez que vayas a ducharte y luego guárdala en una jabonera, protegida del aire y fuera de alcance de algún “pillo” que no quiera respetar las normas de higiene.

El jabón de baño es tan personal como la húmeda bolita de un desodorante, una máquina de afeitar, una esponja de baño, un cepillo de dientes o la mota con la que te aplicas el talco. Cuídalo y protégete.


La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.

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