Diario de un padre primerizo: mi bebé no quiere estar en la cuna, qué puedo hacer
En esta sección quiero contarte todas mis experiencias como papá primerizo, empatizar contigo, ofrecerte consejos que voy aprendiendo y contarte los errores que llegué a cometer
Así hayas invertido un montón de dinero en la cuna, prepárate para la posibilidad de que la rechace. Sin embargo, hay maneras de remediarlo. Crédito: Shutterstock
¡Hola, hola! ¡Papá primerizo! ¿Ya aprendimos a quitarle el hipo a tu bebé? No te preocupes si le sucede con frecuencia, porque ellos tienden a tragar aire durante la lactancia y la toma del biberón. Pero hoy no vengo a hablarte sobre la alimentación y los gases, sino de un tema que requiere especial atención para tu descanso, y sobre todo, para ir recuperando de a poco la intimidad con tu pareja.
¡Mi bebé no quiere estar en la cuna! ¡Vaya problema! Invertiste no sé cuántos dólares en una cuna y ahora resulta que ni la has podido utilizar. Pues te cuento que a mí me pasó y durante semanas tuve a mi hijo en la cama, robándonos todo el espacio. Que no se tome a mal, porque también se disfruta de esos momentos, pero con el tiempo te darás cuenta de que algo no anda del todo bien.
Durante las dos primeras semanas de vida de tu bebé, en medio de la adaptación y los trasnochos, es normal que quieran mantenerlo en la cama. Está más cerca, vigilado y cuidado. El problema es cuando siguen transcurriendo los días y la cuna simplemente se llena de polvo.
A esto se le suma el temor de que se vomite durmiendo, por no haberle sacado bien los gases, y empieza el “trauma” de la muerte súbita del lactante, que abunda en internet.
Pero ese no es el problema real, sino que tu bebé empieza a rechazar la cuna, apenas la toca, y no te queda más remedio que seguirlo dejando en la cama. Esto limita tus posibilidades de comodidad al dormir, intimidad y una pequeña dosis de normalidad.
Qué hago si mi bebé no quiere estar en la cuna
Con toda honestidad, no estoy aquí para decirte qué tienes que hacer o cómo deben ser las cosas. Es tu plena decisión, y la de tu pareja, si quieren trasladarlo a la cuna. No soy pediatra ni coach infantil, sino un papá primerizo al igual que tú, por lo que solo quiero compartirte lo que yo hice y haría en tu lugar.
Antes de que naciera mi bebé compré un corral-cuna e impresionantemente, cuando llegamos a casa, su primera siesta fue dentro de ella. Sin embargo, luego llegaron las dudas, las opiniones de terceros (que nunca faltan) y la “comodidad” de tenerlo en cama, protegido.
Después que pasó el primer mes, y parte del segundo, comenzamos a preocuparnos por la idea de que definitivamente rechazara la cuna, por lo que empezamos a intentarlo. Te comparto algunos de los momentos en los que dijimos: ¡A la cuna!
- Cuando esté profundamente dormido
- Después de bañarlo, porque se relaja
- Cuando vayas a cambiarlo, para que al menos sienta que es un lugar frecuente
La mayoría de las veces se despertaba, estaba inquieto, lloraba y simplemente te informaba que no era buena idea dejarlo allí, pero no desistimos de la misión.
Luego nos acordamos de que los bebés pequeños reconocen mucho a su mamá por el olor, así que decidimos acostarlo sobre una prenda que oliera a mi esposa, lo que resultó de inmediato. Sin embargo, al cabo de unos minutos despertó y “detectó” el engaño (¡Jaja!).
Y la prueba de fuego es durante la noche, cuando esté dormido y que tú luches con la idea de que esté bien o que esté incómodo, solo o abandonado, lo cual es totalmente falso.
Si quieres que tu bebé se quede en la cuna, sigue intentando
¡Definitivamente! La mejor manera de lograr que tu bebé se quede en la cuna es intentarlo una y otra vez. La mala noticia es que cuando tu hijo está profundamente dormido, es el momento en que aprovechas con tu pareja para cocinar, darse un baño, limpiar, ordenar, comer o mejor: dormir.
Esto significa que la idea de meter a tu bebé en la cuna cuando está dormido y correr el riesgo de que se despierte y tener que arrullarlo de nuevo no parece tan atractiva, pero deberás hacerlo si quieres que se acostumbre a su camita.
Inténtalo cada vez que puedas y que el día lo amerite, incluso por las noches. Trata con la luz apagada, encendida, con ruido, sin ruido, con el “truco del secador de pelo”, con la prenda de mamá, con su propia cobija, como sea, pero inténtalo.
Si no funciona, pues no pasa nada, no significa que dormirá con ustedes hasta los 15 años, pero al menos tendrán la satisfacción de que lo intentan. Ya después, se inventarán alguna estrategia que les permita recuperar su intimidad. ¡Buena suerte, papá!
Desde la sección de comentarios, comparte con nosotros y otros lectores cómo fue tu experiencia como padre primerizo, al cargar a tu bebé recién nacido. También te invitamos a ofrecer más consejos y anécdotas.
