Crianza respetuosa: 3 errores que puedes cometer al implementarla
La psicóloga infantil y terapeuta de juego, Manuela Molina, expuso que la crianza respetuosa no es cuestión de hablar “bonito”, sino claro y con firmeza, sin amenazas, gritos o etiquetas
Cada vez más padres se interesan por la crianza respetuosa en un intento de ofrecer una mejor educación a sus hijos, haciéndolos sentir escuchados, con criterio y con las herramientas necesarias para hacer frente a la vida a medida vayan creciendo, pero hay 3 errores que puedes cometer al implementarla.
En un mundo donde cada vez hay más información, éste es un tema de mucho interés. A propósito de ello, hemos escrito sobre si se debe elogiar a los niños; qué hacer si tu hijo miente; e incluso por qué es mejor enseñar a tu hijo a cooperar que a obedecer y cómo.
La tarea de establecer límites a un niño o adolescente puede volverse todo un reto y hacer que cada vez más padres caigan en estos errores comunes de la crianza respetuosa.
La psicóloga infantil y terapeuta de juego, Manuela Molina, quien tiene una comunidad de casi 522 mil seguidores y acumula más de 2.8 millones de “me gusta” en TikTok, dijo que a la hora de establecer rutinas, marcar un límite o dando una instrucción es un grave error rogar, preguntar o pedir el favor y está lejos de ser “crianza respetuosa”.
Molina expuso que en esta forma de crianza no es cuestión de hablar “bonito”, sino claro y con firmeza, sin amenazas, gritos o etiquetas; además, no se trata de que los pequeños “tomen decisiones para reafirmar su autonomía”, sino de que los padres quienes tienen una relación vertical con sus hijos tomen las decisiones importantes.
“Somos los padres los que sabemos cuándo es tiempo de apagar la tele, de ponerse la pijama y cuándo es hora de ponerse los zapatos para salir”
La especialista explicó que al rogar, preguntar o pedirle el favor a tu hijo caes en una comunicación pasiva que anula la verticalidad, propia de su relación; y tu hijo termina por dejar de verte como el adulto encargado que está piloteando la situación.
En cambio, propuso remplazar la pasividad por comandos asertivos, con los que tu voz no titubee ni pone a cargo a tu hijo.
Para hacerlo más digerible, la psicóloga infantil compartió algunos ejemplos:
Para evitar pedir el favor: “Martina, ponte la pijama, gordita, por fis”. Puedes comandar asertivamente y dar dos opciones: “Martina, es hora de ponerse la pijama, ¿te quieres poner la de osos o la de nubes?”
En lugar de pedirles: “Amor, ¿ya te cambio el pañal?”. Por comandos que anticipen: “Amor, tu pañal está sucio y te lo voy a cambiar ahora. Te voy a cargar, vamos a ir al baño y luego podremos seguir jugando”.
Y finalmente en lugar de rogar: “Santi, mi vida, ya apaga la tele, por favor. Ya llevas mucho rato, ¿lo sabes? Mejor apágala”. Usa comandos con validación emocional: “Santi, sonó la alarma es hora de apagar la tele. (La apagas) Yo sé hijo, estás frustrado. Tú querías verla un ratito más, ¿cierto? Te entiendo. Tú puedes con esto”.
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