Toxoplasmosis: ¿Es seguro tener a un gato en casa durante el embarazo?
Es mucho más probable contagiarse de toxoplasmosis por beber lácteos no pasteurizados, carne mal cocida o no lavar bien las verduras e incluso hacer trabajo de jardinería que por tu gato
Si tienes a un minino en casa y quedas embarazada, procura desparasitarlo periódicamente, no lo alimentes con carnes crudas o mal cocidas y limita sus salidas para que permanezca en espacios limpios. Crédito: Pexels
Hay muchos mitos alrededor de la figura de los gatos. Se dice que las embarazadas no pueden tener a estos animalitos de mascota, pero no es más que desconocimiento sobre la toxoplasmosis. Te decimos si es seguro tener a un gato en casa durante la gestación.
La toxoplasmosis es una infección causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii, que si contagia a una mujer durante el embarazo puede provocar un aborto espontáneo y defectos congénitos en el bebé, indica Mayo Clinic.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 40 millones de hombres, mujeres y niños en los EE. UU. son portadores del parásito Toxoplasma, pero muy pocos tienen síntomas porque el sistema inmunitario generalmente evita que el parásito cause la enfermedad.
Pero cuando nos referimos a las embarazadas, se trata de una población con un sistema inmunitario debilitado y que debe tener mucho cuidado con este tipo de enfermedades.
La toxoplasmosis se considera una de las principales causas de muerte atribuida a enfermedades transmitidas por los alimentos en los Estados Unidos. Sí, leíste bien, a través de alimentos.
Pero ¿qué riesgo representa un gato para una mujer embarazada? En un principio, ninguno.
Para que un gato pueda transmitir esta infección debe ser portador, es decir, que haya adquirido el parásito por cazar o comer carne cruda.
Sin embargo, es muy poco probable que es contacto sea directamente por el gato. Ya que el parásito se transmite es a través de las heces del felino, y debe pasar un lapso de 24 a 72 en el ambiente para volverse infectivo.
Es decir, tendrías que dejar la caja de arena sin limpiar por más de un día entero, como mínimo. Y como si esto no fuese ya rebuscado, para que la mujer embarazada se contagiara debería estar en contacto con las heces de gato y llevar la mano a su boca.
En síntesis, puedes tener un gato si estás embarazada. Si te quieres cubrir aún más las espaldas puedes hacerle una prueba de detección de la enfermedad a tu mascota.
Es mucho más probable contagiarse de toxoplasmosis por beber lácteos no pasteurizados, carne mal cocida o no lavar bien las verduras e incluso hacer trabajo de jardinería, que implican el manejo de la tierra, que por tu gato.
Si tienes a un minino en casa y quedas embarazada, procura desparasitarlo periódicamente, no lo alimentes con carnes crudas o mal cocidas y limita sus salidas para que permanezca en espacios limpios.
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