Flores de Bach: por qué se usan en la terapia emocional
La Organización Mundial de la Salud reconoce a las Flores Bach como medicina alternativa para las terapias emocionales, su consumo puede ayudar a gestionar emociones como estrés, tristeza o ansiedad
En los últimos años debido a la agitada vida que vive la sociedad, se han desencadenado un sinfín de enfermedades, sobre todo las emocionales como: estrés, ansiedad o depresión haciendo que muchas personas se vuelvan farmacodependientes, a pesar de que esto ha sido en parte una solución para aliviar este tipo de trastornos, lo cierto es que a la larga estos medicamentos pueden traer consecuencias adversas para la salud del paciente.
Por esa razón, las terapias complementarias o medicinas holísticas han tomado un auge, proporcionando una solución más natural a este tipo de problemas. En el año 1926 el investigador y médico homeópata Edward Bach, descubrió que a través de 38 infusiones naturales extraídas de diferentes flores silvestres, su ingesta actuaba positivamente sobre los estados emocionales de las personas, así fue como nació las conocidas Flores de Bach.
La premisa del médico era que las enfermedades y dolencias físicas tienen su raíz en las emociones por lo tanto, apuntaba que la mejor manera de sanar esas enfermedades era tratar al paciente restableciendo su equilibrio emocional.
Teniendo en consideración que la salud física está totalmente ligada a los sentimientos, pensamientos y emociones, la terapia floral de acuerdo con el especialista tiene propiedades poderosas para la armonía entre el cuerpo y la mente.
Incluso la Organización Mundial de la Salud, reconoció que este tipo de esencias como las Flores de Bach son una medicina natural tradicional que puede ser aplicada para la recuperación de pacientes con enfermedades donde se presume su raíz sean las emociones. La característica de esta medicina y gran eficacia es que no es para nada agresiva y no posee contraindicaciones o trastornos secundarios.
Se podría decir que con la ingesta de estas flores las personas pueden gestionar sus emociones como: miedo, tristeza, preocupación excesiva, desinterés, incertidumbre o sentimiento de soledad, por ese motivo son usadas en las terapias emocionales.
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