Mi novio me termina cada vez que peleamos y luego quiere volver: qué hago

Si estos son los tráilers, imagina cómo será la película. En las relaciones de pareja (tóxicas por supuesto) existe el vicio del «darse un tiempo», que normalmente es una opción que debería ser utilizada cuando hay una situación insostenibe que necesita de algunas semanas o meses para meditar y evolucionar conductas. El perdonar una infidelidad es un claro ejemplo. Pero si tu novio te termina cada vez que discuten y luego quiere volver, el gran problema no es lo que él está haciendo, sino que tú lo estás permitiendo.

Un silencio de algunas horas o una distancia prudente luego de una fuerte discusión es un recurso válido, porque permite calmar los ánimos, pensar en lo sucedido y tratar de encontrarle una solución. De allí a tirar portazos tipo «Ay no, ¿sabes qué? ¡Terminamos!», es una conduca propia de inmadurez y seguramente de un amor que podría cuestionarse.

Y al querer volver, bien sea como un tierno corderito o quizás atendiendo a tus llamados, se crea una especie de juego tóxico donde la única perjudicada eres tú. Porque estás con una persona que no tiene la suficiente determinación para quedarse contigo pese a una crisis, sino que necesita huir, refugiarse en parcial soltería hasta que te extrañe o le busques.

Si a este juego se le da cuerda, con el tiempo pueden suceder dos escenarios: que te canses o que algún día definitivamente no vuelva, lo que te dejaría muy mal porque te acostumbraste a verlo regresar. Y nosotros como seres humanos nos adaptamos e incluso nos apegamos a esos comportamientos. Esto es un futuro te trae soledad, insatisfacción, inseguridad y muy probablemente infidelidades.

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¿Qué hago si mi novio me termina cada vez que peleamos y luego quiere volver?

Lo más sensato es que hables con él y le dictes un ultimátum en referencia a esa conducta. «Si me vas a terminar por cada discusión, entonces esta relación no va a funcionar, porque no tiene base sólida ni capacidades. O te quedas y lo resolvemos o eres libre de marcharte, pero si te vas no me vuelvas a buscar».

Un discurso como el anterior es un aniquilador de este tipo de comportamientos inmaduros, que coquetean con la manipulación y que solo conducen a infelicidades.

Es probable que en primera instancia afirme que solo estás fingiendo valentía, pero la seguridad de tus palabras y gestos serán clave para dejarle claro que al cruzar la puerta no tiene oportunidad de volver. Y en caso de que efectivamente se marche, por favor sé fuerte y tú tampoco le busques más.

También es necesario analizar cómo están abordando sus discusiones como pareja, ya que si tu novio reacciona de esa manera es por los ánimos se calientan más de la cuenta. Cuidado con elevar el tono de voz, proferir insultos o comentarios hirientes, porque estos «enemigos» cortan cualquier posibilidad de comunicación.

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