Mi hijo tiene un amigo imaginario: ¿Es normal o debo decirle que no es real?
Especialistas en psicología y desarrollo infantil coinciden en que los amigos imaginarios forman parte de una etapa de la niñez, que en algunos casos se mantiene hasta la adolescencia
La idea de un amigo imaginario no solo se basa en un completo invento que tu hijo o hija crea en su mente, lo cual se traduce más en alucinaciones. También se refiere a «darle vida» a alguno de sus juguetes más preciados, al propio estilo de Toy Story. Recuerda que en los cuentos y videos infantiles, los animales hablan, cantan o bailan, así que no te extrañe si ahora pretende que su oso de peluche haga exactamente lo mismo.
Decirle a tu hijo que la relación que mantiene con su «amigo» no es real puede ser cruel, muy cruel. Sin embargo también depende de su edad, ya que tampoco es normal que un niño que se aproxima a la pubertad (8-9 años) crea con fervor que su muñeco de acción tiene vida propia. La realidad es que el escenario debe manejarse con amor, cautela y hasta gracia, pero sí es normal.
Christine Nguyen, pediatra en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, California, considera algo muy positivo de los amigos imaginarios y es que, pese a no coincidir con las reales, «puede ser justo lo que necesitan en periodos de aislamiento como la pandemia del Coronavirus».
Según destaca la especialista para Psychology Today, las investigaciones demuestran que los niños con relacionanes imaginadas rara vez son tímidos, solitarios o expresan comportamientos de incomodidad. «Estas amistades, con todos los juegos y roles que implican, ayudan a los niños a sentirse bien consigo mismos, les brindan compañía e incluso les enseñan, como en el mundo real», destaca la experta.
Los amigos imaginarios aumentaron en los niños con el inicio de la pandemia
Mientras los contagios, estudios y vacunas sobre el Coronavirus se llevan el protagonismo, pocos miran a la habitación de un pequeño en pleno confinamiento, donde la idea de compartir con un amigo de su edad es muy limitada.
Maureen Smith, especialista en desarrollo infantil y adolescente en la Universidad Estatal de San José, reportó que desde que inició la pandemia se registró un aumento en los amigos imaginarios entre los niños de 5 a 8 años que ha debido estudiar como parte de su trabajo. Los mismos padres detallan las experiencias con sus hijos, teniendo que empujar dos columpios o viendo cómo sus juguetes también comen y duermen.
Desde esa perspectiva, el escenario de una amistad imaginaria parece negativa, incluso nociva. Pero la realidad es que no… ya que es preferible ver a una niña tomando el té con una escoba llamada «Ana», que verla en un caso de depresión infantil producto de la soledad o el miedo de salir a la calle creyendo que un virus va a comérsela.
Los amigos imaginarios también pueden ser un recurso de tu hijo para sobrellevar el hecho de que otro niño no quiera jugar con él. “Cuando tienes un compañero ficticio, estás inventando una relación. Y así, hasta cierto punto, estás obteniendo todos los beneficios de ese tipo de relación», afirma Tracy Gleason, profesora de psicología en Wellesley College, en Massachusetts.
Las expertas coinciden en que los amigos imaginarios forman parte de una etapa infantil y pueden permanecer hasta la adolescencia, donde la vida no les echa en cara una realidad, sino que encuentran interés en otras. Asimismo, afirman que los niños con amistades ficticias tienden a pensar y jugar «de forma fantástica». Incluso, algunos estudios sugieren que podrían convertirse en adultos creativos.