Hábitos que activan las hormonas de la felicidad, según National Geographic
Un estudio publicado por la National Library of Medicine revela que es muy importante cuidar de los hábitos para activar las hormonas de la felicidad
La ciencia lo confirmó, podemos cuidar los hábitos que activan las hormonas de la felicidad y así tener mejores relaciones interpersonales.
Sí, la búsqueda de la felicidad parece interminable, especialmente después de haber sufrido algún evento inesperado que provocara cuadros depresivos y ansiosos.
Pero no está todo perdido, según National Geographic sí podemos ser felices con pocos hábitos que permitan crear esas hormonas de la felicidad en nuestro cuerpo.
Es importante saber cuáles son las hormonas de la felicidad, para luego avanzar en ese plan que nos permitirá cultivar hábitos para sentirnos felices.
¿Cuáles son las hormonas de la felicidad?
Las hormonas de la felicidad son cuatro: dopamina, serotonina, oxitocina y endorfina, estas hormonas de la felicidad crean las emociones y sensaciones que te hacen sentir bien.
A partir de nuestras experiencias, estos neuroquímicos se activan para crear emociones que nos permiten experimentar la vida.
De ahí la importancia de cuidar nuestro estilo de vida, nuestros hábitos para así construir nuevos circuitos que nos permitan sentir ese placer, felicidad y estabilidad día a día.
- Las endorfinas, que te ayudan mantener a raya el estrés y el dolor.
- La serotonina, responsable de estabilizar nuestro estado de ánimo. …
- La dopamina, activadora del placer y del sistema de recompensa del cerebro. …
- La oxitocina, responsable de los sentimientos de amor y confianza.
Cómo activar las hormonas de la felicidad, según National Geographic
Para Cliff Arnall, psicólogo de la Universidad de Cardiff, la felicidad se puede resumir en una fórmula que tiene en cuenta las temperaturas, la socialización, el contacto con la naturaleza y las vacaciones.
Además, la ciencia pudo demostrar que las emociones tienen su origen en estímulos que provocan reacciones químicas en nuestro cerebro y, por lo tanto, pueden ser manejadas con hábitos simples pero constantes.
1. Es importante nombrar las emociones
Un estudio publicado por la National Library of Medicine demuestró que para activar las hormonas de la felicidad, primero hay que saber nombrar a los sentimientos.
Los psicólogos recomiendan escribir o hablar sobre lo que nos sucede. Además, este hábito puede ayudarnos a tomar distancia de algunos problemas, mirarlos con perspectiva y gestionarlos mejor.
El ‘journaling‘, que se ha convertido en tendencia en el último tiempo, es una técnica de registro de pensamientos, experiencias, reflexiones y hábitos en un cuaderno, agenda u ordenador.
Un ejemplo: tras la muerte de su hija, la escritora Isabel Allende escribió ‘Paula’ (1994), y en una entrevista posterior, aseguró que trabajar en esa publicación le ayudó a enfrentar el duelo.
Lo que demuestra que ponerle nombre a nuestras emociones y plasmar en un papel lo que nos sucede tiene efectos positivos en la mente.
2. Socializar también ayuda a activar las hormonas de la felicidad
Una reciente investigación publicada por Harvard analizó la vida de 700 jóvenes -con distintos contextos socioafectivos- desde 1938 hasta la actualidad.
Y concluyó que el denominador común entre aquellos individuos que se clasificaron como felices era la calidad de sus relaciones.
Los expertos detectaron que las personas más vinculadas a sus amigos y su familia viven más, logran en mayor medida sus objetivos vitales y son físicamente más saludables.
3. Hacer ejercicio físico
Un estudio de las universidades Oxford y Yale publicado en The Lancet demuestra que practicar ejercicio proporciona más felicidad que la riqueza.
Los deportes de fondo, como correr, nadar o remar, son los que más endorfinas producen. Esta hormona se encarga de aliviar la sensación de dolor y anula las emociones negativas.
Los investigadores analizaron los efectos del deporte en 1,2 millones de personas en los EE.UU. entre 2011 y 2015;
Y concluyeron que aquellos que hacían ejercicio tuvieron un 43,2% de días menos de mala salud mental en el mes pasado que las personas que no hicieron ejercicio.
Los resultados eran todavía mejores para quienes lo hacían en grupo. Sin embargo, detectaron que el deporte en exceso podía ser contraproducente para la salud mental.
Aquellos que practicaban más deporte del recomendado se sentían tan infelices como los que no hacían ningún tipo de actividad física.
4. Abrazar con afecto
El contacto físico reduce la segregación de cortisol en nuestro cerebro y ello permite que se libere oxitocina y serotonina.
Un artículo publicado en la revista PLOS ONE reveló que recibir o dar un abrazo se asocia con la atenuación del estado de ánimo negativo que aparece cuando experimentamos un conflicto personal.
La profesora de neurociencia y comportamiento de la Universidad John Moores de Liverpool, Susannah Walker, explicó en su teoría que desde bebés estamos predispuestos a abrazar para garantizar la supervivencia.
5. Hablarse en positivo frente al espejo
Del mismo modo que las relaciones con los demás son fundamentales para desarrollar una vida feliz, el vínculo con uno mismo también lo es.
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