“El dinero no compra la felicidad”: ¿Es cierto o me engaño?

Varios expertos en salud y bienestar analizan la relación entre la felicidad y el dinero, ante la creencia o perspectiva de que este puede comprarla

La felicidad en algunas sociedades proviene del "éxito financiero", porque es asociado con el bienestar y las metas.

La felicidad en algunas sociedades proviene del "éxito financiero", porque es asociado con el bienestar y las metas. Crédito: Shutterstock

Varias culturas educativas y familiares han inculcado una frase que luce tan cierta como engañosa: “El dinero no compra la felicidad”. El objetivo de esta frase es restarle apego a la economía, de manera que puedas enfocarte en cosas más importantes, como la familia, los amigos, preservar la salud física y emocional, así como elevar tu cercanía con Dios.

Sin embargo, los expertos consideran que no se debe ser radical y que, si bien el dinero no puede reemplazar las alegrías más profundas, como el amor por una pareja, una madre o un hijo, sí te brinda un beneficio que muchos anhelan: la seguridad financiera.

Es irrefutable que tener dinero guardado en el banco genera tranquilidad, seguridad personal. Y no necesariamente se trata de grandes sumas, porque cada familia vive su propia economía. Tener $1,000 dólares en el bote de los frijoles o tener tus cuentas pagas y que aún te quede, produce sensaciones que son agradables.

“El dinero puede generar felicidad o una sensación de satisfacción que puede parecerse a la felicidad, porque brinda seguridad y reduce la ansiedad y el miedo financieros constantes”, afirma Sarah Whitmire, consejera profesional autorizada y fundadora de Whitmire Counseling and Supervision.

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La verdadera pobreza está en la mente

Para entender la relación entre felicidad y dinero es fundamental que trabajes en una perspectiva sana. Hay quienes lloran con miles de dólares en la cuenta bancaria y otros agradecen entre lágrimas el haberse ganado $100 dólares. Y allí es donde se marca la diferencia humana.

La doctora Kanchi Wijesekera, psicóloga clínica, licenciada y directora clínica del Centro Milika de Terapia y Resiliencia, asegura que la “pobreza” en sí misma está asociada con el estrés y el riesgo de padecer problemas de salud mental.

“Puede ser más difícil sentirse feliz cuando se vive bajo el estrés crónico de la pobreza y todo lo que conlleva”, advierte la experta.

Asimismo, expone que las personas con buena situación económica suelen invertir menos en su bienestar, porque es posible que no tengan el mismo tiempo. Sin embargo, son escenarios personales y que cada quien debe manejar a su mejor forma.

La felicidad en algunas sociedades también proviene del “éxito financiero”, porque es asociado con el bienestar y las metas. “Puede resultar fácil dejarse llevar por esa idea”, sostiene Kristin Anderson, psicoterapeuta licenciada y fundadora de Madison Square Psychotherapy.

Sin embargo, afirma que es más valioso tener una seguridad financiera que simplemente sumar y sumar dinero. “Se trata de la idea de que los recursos financieros pueden brindar seguridad, comodidad y oportunidades”, reitera.

Por último, es fundamental que aprendas a mejorar tu relación con el dinero, permitiendo que fluya como el agua: un día tienes menos, otro día tienes más, pero no trates de retenerlo ni obtenerlo a la fuerza.


La información contenida en este artículo es solo para fines educativos e informativos y no pretende ser un consejo médico o de salud. Siempre consulte a un médico u otro proveedor de salud calificado con respecto a cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica u objetivos de salud.

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