La fuerza de voluntad existe y es lo que te ayuda a bajar de peso
La experta señala que, cuando se trata de dejar de lado las patatas fritas y acelerar el paso, es más fácil decirlo que hacerlo, y es ahí donde está la fuerza de voluntad
Cada año, uno de los própositos es: bajar de peso, comer más sano, hacer más actividad física, y esto termina siendo una deuda pendiente contigo misma, cuando en realidad es una cuestión de fuerza de voluntad.
De acuerdo a lo dicho por el Dr. Donald Hensrud, médico de Mayo Clinic especializado en nutrición y editor de “The Mayo Clinic Diet”, la pérdida de peso tiene que ver más con: la fuerza de voluntad, que con otra cosa.
Para el experto, los hábitos saludables se construyen, se manifiestan y se tejen redes que puedan sostener esos nuevos hábitos.
Merriam-Webster define la fuerza de voluntad como la capacidad de controlar las propias acciones, emociones o impulsos.
Cuando se trata de dejar de lado las patatas fritas y acelerar el paso, es más fácil decirlo que hacerlo. Hensrud a menudo escucha de los pacientes que no tienen la fuerza de voluntad para emprender el control de peso.
La fuerza de voluntad, se trata de idear estrategias para afrontar los desafíos
“Creo que todo el mundo tiene fuerza de voluntad. No es una cuestión de fuerza de voluntad, hay fuerzas poderosas que nos hacen comer más y hacer menos actividad”, dice Hensrud.
“…y estas estrategias deben ser lo suficientemente prácticas, realistas y divertidas para ser sostenibles. No podemos simplemente no comer. Tenemos que comer. Nadie tiene hábitos perfectos”, afirma Hensrud.
El especialista asegura que idear estrategias para comer alimentos saludables, bajos en calorías y ricos en nutrientes puede ser una forma de engañar al sistema y no solo depender de la fuerza de voluntad.
“Esto normalmente no funciona a largo plazo”, afirma. “Es una cuestión de cambiar hábitos y proponer nuevos cambios en el estilo de vida que se ajusten a los requisitos y nos ayuden a controlar nuestro peso a medida que avanzamos”.
Hensrud dice que también es importante ser amable consigo mismo y preguntarse si está preparado para el desafío
Comienza tu entrenamiento
Muchas personas prometen hacer más ejercicio en el Año Nuevo, pero el arranque de su rutina de entrenamiento puede ser un desafío si ha estado sentado en el sofá por un tiempo. Puede parecer una tarea desalentadora.
El Dr. Nathan LeBrasseur, director del Centro Robert y Arlene Kogod sobre el Envejecimiento de Mayo Clinic, dice que nunca es demasiado tarde para ponerse en movimiento, incluso si eres un adulto mayor.
Comenzar un programa de entrenamiento o ser físicamente activo requiere motivación y compromiso. La clave es empezar poco a poco y hacer algo que te guste.
“Si odias la natación, no intentes comenzar a convertirte en un nadador. Pero (si) te gusta bailar u otras actividades (como) la jardinería, esas son formas de actividad que, una vez que las practicas, aumentan tu constancia y cumplimiento y tendrán los mayores beneficios para la salud”, dice LeBrasseur.
Estar activo puede desarrollar fuerza muscular, mejorar la salud cognitiva y cardiovascular
“El tres por ciento o 30 minutos al día de nuestras horas de vigilia, si lo dedicamos a la actividad física, tendrá enormes beneficios”, dice LeBrasseur.
Y para aquellos jóvenes de corazón, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan 150 minutos de ejercicio moderado por semana.
“A medida que envejecemos, dedicando el tiempo, el tiempo con propósito, hacer algún tipo de ejercicio aeróbico o ejercicio de resistencia, como caminar o andar en bicicleta o nadar, y también es importante obtener algún tipo de entrenamiento de fuerza”, dice LeBrasseur.