Quiet quitting: los riesgos y beneficios de trabajar solo lo necesario

Expertos coinciden en que el “quiet quitting” es un subproducto de la pandemia del COVID-19, cuando millones de trabajadores perdieron sus trabajos

Quiet quitting

¿Qué ocurre cuando “ponerse la camiseta de la compañía” comienza a afectar la salud física y mental de sus trabajadores? ¿Cuando la identidad corporativa de la empresa invade otras áreas sociales de la persona? O mejor dicho ¿ni siquiera deja espacio para una? Ocure el "quiet quitting". Crédito: Shutterstock

En los últimos días las redes sociales se han colmado de un par de palabras que han generado mucha controversia. El “quiet quitting” no se trata de un tipo de renuncia directamente al trabajo, sino una iniciativa que promueve no “ir más allá”.

Ahora, ¿qué es ir más allá? En algunas corporaciones lo llaman “ponerse la camiseta de la empresa”, darlo todo, y eso no suena mal no. Cualquier compañía que tenga empleados entregados se jactaría de ello y mejoraría su producción de ṕroductos o servicios.

Pero, ¿qué ocurre cuando “ponerse la camiseta de la compañía” comienza a afectar la salud física y mental de sus trabajadores? ¿Cuando la identidad corporativa de la empresa invade otras áreas sociales de la persona? O mejor dicho ¿ni siquiera deja espacio para una?

Digamos, por ejemplo, que en función de terminar para el día de hoy esa meta en tu trabajo, debes quedarte horas extras no remuneradas. Para poder optar al cargo que deseas, debes sacrificar tu tiempo en familia o incluso el hecho de formar una familia.

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¿Qué pasa cuando sientes que has hecho méritos haciendo labores extras en tu trabajo para que ese bono, aumento o promoción nunca llegue?

Entonces, limitarte a lo que son específicamente tus tareas, por las que te pagan se convierte en un comportamiento que sobre todo las generaciones más jóvenes tienen presente, ya que la salud mental está desestigmatizada para ellos.

La vida del asalariado o empleado pasa por aceptar una realidad: todo el mundo es reemplazable en su trabajo, pero no en su casa ni para sus seres queridos.

Expertos coinciden en que el “quiet quitting” es un subproducto de la pandemia del COVID-19, cuando millones de trabajadores perdieron sus trabajos y aunque la mayoría ha encontrado nuevos trabajos o ha sido recontratada, la fuerza laboral del país sigue siendo más pequeña que antes de la crisis de salud.

Lo que ejerce más presión sobre los empleados existentes, a quienes a menudo se les pide que cumplan con muchas más labores por el mismo salario.

Entre los riesgos para las empresas del “quiet quitting” está la disminución de su productividad y para los empleados el poner en riesgo su posición por esa falta de “iniciativa”.

Algunos economistas consideran que el país podría caer en una recesión en medio de la alta inflación y el aumento de las tasas de interés. Advierten que generalmente se asocian con un aumento del desempleo a medida que las empresas eliminan puestos de trabajo para hacer frente a la desaceleración de la demanda.

Matt Spielman, director de desempeño y entrenador en jefe de orientación profesional en la empresa Inflection Point Partners, aseguró a CBS que las personas que han renunciado silenciosamente serían las primeras en ser descartadas en este contexto.

A su juicio tomar esta actitud es una manifestación de que las personas no tienen conversaciones sinceras y adultas.

Continuó con que puede indicar que un número creciente de empleados se desconecta de sus trabajos y de sus empleadores, lo que no beneficia a ninguna de las partes.

En contraste, Ed Zitron, director ejecutivo de la firma de relaciones públicas EZPR, expuso en una publicación de su blog que el término que significa “hacer tu trabajo”.


“Es la muerte de la cultura de oficina y el dogma en tiempo real”

Ed Zitron

Director ejecutivo de la firma de relaciones públicas EZPR

En resumen, más trabajadores se preguntan por qué deberían aportar el 110% cuando sus empleadores no hacen el mismo esfuerzo para satisfacer sus necesidades.

La experta en mentores corporativos Jha’nee Carter, propietaria de The HRQueen, recomendó las personas primero deben defenderse a sí mismas, hablando con sus jefes sobre cómo obtener una promoción o un aumento, antes de retirarse de sus trabajos.


"No creo que debas darle 8 horas al día a un mal gerente que no aumentará tu salario; no estoy diciendo que cambies tu tiempo por eso. Pero tienes que ser consciente de lo que está pasando en Estados Unidos y jugar el juego"

Jha'nee Carter

Experta en mentores corporativos y propietaria de The HRQueen

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