Cómo saber si estoy lista para casarme: 6 señales de que ya debes ponerle fecha a tu boda

No solo se trata del dinero para realizar la boda y la luna de miel, sino para todo lo que viene después. La estabilidad financiera es un detalle fundamental en cualquier matrimonio y no solo se obtiene a través de las cifras que reposan en las cuentas bancarias, sino también en la creatividad para solucionar situaciones económicas adversas.

Saber si vas a manejar el dinero en pareja o por separado es otro punto que deben tener claro, lo que también brinda estabilidad y sintonía. Caer en la llamada infidelidad financiera es un problema que puede poner en peligro la relación.

Un estudio de la Universidad de California-San Diego demostró por qué los desacuerdos sobre cómo usar el dinero duplican el riesgo de acabar en divorcio.

Esta es de las señales más típicas. Has compartido todo el día con tu pareja, pero cuando llega la noche deben separarse para que cada quien duerma en su casa. Si esta situación les empieza a causar incomodidad o frustración, porque quieren permanecer juntos, la idea de casarse comienza a tomar forma.

Hay parejas que en lugar contraer matrimonio deciden iniciar una convivencia (concubinato), pero te contamos cuán efectivo es para mantener una relación estable y duradera.

No es algo determinante, pero sí es agradable y motivador. Cuando la familia de tu pareja te considera un miembro más, te invita a sus reuniones, piden tu opinión y hasta sueltan frases como “cuando ustedes se casen” o “cuando decidan tener hijos”, significa que tienes la aprobación plena para avanzar en la relación.

Esto es algo muy personal y que describe la estabilidad emocional que sientes con tu pareja. Cuando no imaginas tu vida con otra persona significa que desde lo sentimental ya estás lista para casarte. Y si todo lo demás es favorable, pronto deberías estar caminando hacia el altar.

Se trata de objetivos de todo tipo, desde comprar un auto, mudarse a otra ciudad, hasta la idea de formar una familia. Lo más importante no son los planes en sí, sino el hecho de planteárselos y querer materializarlos juntos.

Si tú quieres tener hijos y tu pareja no, por ejemplo, allí hay un desacuerdo que podría truncar la idea del matrimonio. Estos temas deben conversarse antes de casarte, de modo que luego no haya discrepancias que acaben con la relación.

No se trata de que quieran vivir juntos y ya, que crean que es lo mejor o que alguien les esté empujando a hacerlo. La convivencia no es un cuento de hadas, sino una constante toma de decisiones y acuerdos para vivir en armonía, entre aciertos y desaciertos.

Cuando la idea de vivir juntos les motiva a hacerlo, pensando hasta en mínimos detalles, como compartir el mismo jabón de la ducha, significa que están deseosos de pasar por momentos cotidianos, íntimos y bajo su propio estilo.