Cómo acercarte y hablarle a alguien que te gusta en el gimnasio: 5 consejos de un experto en parejas

Si vas al gimnasio con regularidad y esa persona también lo hace, es casi seguro que van a coincidir en las rutinas, quizás en un área específica y tal vez en el mismo ejercicio.

Para poder acercarte y hablarle, lo primero es que frecuentes el saludo, así vas rompiendo el hielo y logrando que otra conversación se haga atrevida ni inesperada. Haz la típica pregunta: “¿Qué te toca entrenar hoy?” Y a partir de allí fíjate en el interés que expresa.

Es fundamental que desde el inicio conozcas el posible interés que esa persona tenga en ti.

Pregúntale cuánto tiempo tiene entrenando, qué desea lograr a través de los ejercicios. Invéntate una duda con tu rutina, pídele que te ayude a levantar alguna mancuerna.

Para lograr ese acercamiento debes utilizar estrategias, como hacer el mismo ejercicio, así no te toque ese día. Échale una mirada cuando lo veas todo concentrando, como que te gusta verlo apasionado por su entrenamiento.

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Ese top deportivo, los leggings, tus zapatillas e incluso hasta los guantes de gimnasio te aportan sensualidad al momento de practicar tus ejercicios. En el caso de los hombres, las camisetas ajustadas, los shorts.

Aprovecha el ‘outfit’ deportivo, lúcete ante los espejos, tómate una foto. Y un truco que no falla: no te seques el sudor tan rápido, deja que vea cómo te corre un poco por la frente, el cuello, ya que es un signo de vulnerabilidad física que puede ser bastante atractivo cuando se está en el gimnasio.

No te aparezcas en cada máquina a la que se dirige a hacer ejercicios porque va a parecer que le estás persiguiendo y eso a nadie le atrae.

Tampoco vayas al filtro a buscar agua justo cuando esa persona lo haga, al contrario, distánciate un poco y disimuladamente échale un vistazo para notar si te está buscando con la mirada.

¡Esto es vital! Más allá de que puedas lograr acercarte y a hablarle a alguien que te gusta, al gimnasio se va a entrenar, así que respeta su tiempo y espacio. Siempre puedes hacerle un par de comentarios, lanzar algún chiste o contar una anécdota fuera del tema fitness, pero que todo sea corto para que no interrumpa el ejercicio.

Allí puedes lanzar una frase tentadora: “Cuando terminemos, te cuento”. Con esa propuesta le estás invitando a conversar un poco sin el compromiso de cumplir con el entrenamiento, y ya cuando estés allí puedes variar los temas e incluso pedirle su número de teléfono.