Tener una segunda luna de miel antes que llegue el bebé: por qué debes tomarla para fortalecer tu relación
La doctora Kim Van Dusen, terapeuta matrimonial y familiar, explicó las razones por la que debes considerar una segunda de miel con tu pareja antes que llegue el bebé y qué debes priorizar en ese momento para que tu relación se fortalezca
La tendencia de la ‘babymoon’, una segunda luna de miel que la pareja disfruta antes de la llegada de su primer bebé, todavía suena extraña para muchos esposos y esposas. De hecho se preguntan si realmente vale la pena. La doctora Kim Van Dusen, terapeuta matrimonial y presentadora de un podcast Parentologist, explicó por qué debes tomarla y cómo puede fortalecer tu relación.
Después del embarazo pueden ocurrir cambios en el deseo sexual de una mujer, inclusive de un hombre, además de toda la modificación mental que se produce cuando ahora la prioridad es ese bebé.
Por lo general, las parejas que se convierten en padres y madres suelen tener una «ruptura emocional» para dirigir todo su afecto al nuevo miembro de la familia. Si bien al principio no lo notan, con el tiempo no se demuestran el mismo afecto y tampoco saben cómo retomar la sexualidad finalizada la gestación.
Algo entre ellos se rompe y difícilmente logran recuperarlo, porque nunca lo hablaron, nunca lo pusieron como una posibilidad sobre la mesa, sino que simplemente asumieron que no pasaría. Y ocurrió.
Pero allí es donde juega un papel fundamental esa segunda luna de miel. «Puede ayudar a solidificar emocionalmente la relación de una pareja», afirma la doctora Van Dusen. La ‘babymoon’ busca que ambos miembros aumenten la seguridad en su amor, haya promesas respecto a lo que viene, se consoliden como equipo paterno y les otorga la sensación de que podrán manejar juntos cualquier situación.
«Las parejas pueden llorar la relación como era antes del bebé. Sufren negación y hasta ira antes de llegar a la aceptación de la nueva etapa de vida», donde hay un bebé presente, analiza la terapeuta.
¿Cómo tener esa segunda luna de miel antes que llegue el bebé?
Pues básicamente se mantiene en la misma perspectiva de la luna de miel que ya disfrutaron después de casarse. Es decir, puede ser un viaje a un lugar tropical, alojarse en un hotel entretenido o escaparse a una cabaña de verano. Siempre procurando que la embarazada se sienta cómoda y con un centro asistencial cercano ante cualquier emergencia.
De resto, todo debe ser placer: una piña colada en una piscina refrescante, la cercanía con un ambiente natural o la privacidad de un jacuzzi en una lujosa habitación.
Pero la doctora Kim Van Dusen recomienda que te dediques primordialmente al contacto físico con tu pareja, la estimulación a través del tacto y todos esos aspectos sensoriales (incluso eróticos) que puedan encender una chispa que a partir de ese momento tratarán de mantenerla activa.
La segunda luna de miel antes que llegue el bebé es una «promesa» de que todo va a estar bien, es un «te amo» ante lo que viene y un «no quiero perderte» en medio de nuestra responsabilidad paterna. Cuando esta ‘babymoon’ ocurre se produce un inevitable efecto que les mantendrá más unidos y comprometidos como pareja.