Sexualidad: por qué un orgasmo puede provocarte risas y hasta lágrimas, psicóloga lo explica
El momento más placentero que se vive en la cama (el clímax) está lleno de mitos y realidades dentro de la sexualidad, pero los impulsos de la risa y lágrimas forman parte de lo que es verdadero
Reír o llorar durante un encuentro sexual, sobre todo al experimentar orgasmo, no es un repentino episodio de locura y tampoco estás enfermándote, es simplemente una de esas maravillas de la sexualidad que aún desconocemos. El momento más placentero que se vive en la cama (el clímax) está lleno de mitos y realidades, pero los impulsos de la risa y las lágrimas forman parte de lo que es verdadero.
La psicóloga y educadora sexual María Moreno, creadora de la cuenta ‘maria.sexplica’, indicó que cada persona vive la sexualidad forma diferente: dependiendo de su personalidad sexual e incluso su experiencia en la intimidad. Y para poder comprender las razones que propician estos impulsos humanos, la sexóloga invita a olvidarse de las películas románticas y los videos para adultos, ya que en su contenido tienden a distorsionar lo que en realidad se vive bajo las sábanas.
3 motivos por los que podemos reír o llorar durante un orgasmo
Una "bomba" de hormonas
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En ese justo momento donde sientes «tocar las estrellas con las manos» hay una energía corporal que se libera por completo junto a una «bomba» de hormonas, las cuales llamamos el cuarteto de la felicidad.
Este grupo está conformado por endorfinas, dopamina, serotonina y adrenalina, que comienzan a manifestarse de forma incontrolada en pleno orgasmo y te provocan desde pequeñas risas hasta carcajadas.
La doctora María Moreno aclara que en el caso de las lágrimas o unas posibles ganas de llorar se debe a la expulsión de oxitocina, la llamada hormona del amor que está totalmente relacionada al placer sexual. También participa en procesos como la reproducción, el parto y la lactancia materna.
Emociones contenidas
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Aunque parte de la misma base: liberación de hormonas, las emociones contenidas por un día complicado, o por más tiempo, pueden zafarse como una bala durante los gloriosos segundos del clímax. Y dependiendo de cuáles son estos sentimientos, tu cuerpo lo expulsa junto a las hormonas en forma de risa y llanto.
Al ser un momento de tanta intensidad, sobre todo en el caso de las mujeres, que son multiorgásmicas, es inevitable desbordar emociones. En pleno orgasmo terminan siendo impulsos choques energéticos que se sueltan junto al placer físico sexual.
No es igual que los gemidos
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Tanto los gemidos como los gritos en un acto sexual no se pueden comparar con la risa o las lágrimas que se producen en un orgasmo. Los dos primeros comúnmente pueden controlarse para evitar una escena inapropiada, vergüenza a que alguien más escuche o quizás porque el encuentro íntimo en sí no es tan fenomenal como para producir un concierto de ópera.
La sexóloga aclara que quien intente controlar los impulso de la risa y el llanto durante un orgasmo tan solo podría reprimirlo y desaprovecharlo, lo que en realidad causa frustración. En su recomendación personal, ella considera que la sexualidad es para «reír, gritar y hasta gritar» si el cuerpo lo pide y el momento lo permite.