5 razones para seguir usando mascarilla incluso tras el fin de la pandemia
La mascarilla no solo se ha convertido en la norma principal para prevenir el COVID-19, sino también en un modo de vida que silenciosamente nos está aportando otros beneficios para la salud
Un estudio publicado recientemente en la revista Plos One demostró una vez más que el uso de mascarilla es la medida prioritaria para prevenir el COVID-19. La alta aceptación al uso del material quirúrgico está bajando las tasas de contagio en Estados Unidos, afirma la investigación. Pero una vez que termine la pandemia… ¿dejaremos de utilizarla?
Además de ser una normativa de prevención, no cabe duda que las mascarillas se han convertido en un modo de vida, que silenciosamente está aportando otros beneficios a la salud e incluso a la economía. Si bien el uso de tapabocas mantiene opiniones divididas, existen razones por las que sería prudente aferrarse a ellas, más allá de detener el COVID-19.
También hay algunas contras, evidentemente, como la supuesta contribución al mal aliento, afecciones cutáneas en la zona de barbilla y los problemas que podrían presentarse desde la psicología del comportamiento, ya que a muchos se les ha olvidado cómo interactuar con las personas, sobre todo con extraños, por motivos de “no podemos tocarnos” o el distanciamiento social.
5 motivos para seguir usando mascarilla tras el fin de la pandemia
No más gripe
1
Las mascarillas no solo son el mejor aliado contra el Coronavirus, también han evitado otro tipo de enfermedades respiratorias, incluyendo la gripe y el resfriado común.
Un estudio publicado por la Universidad de Oxford, en Reino Unido, afirmó que la gripe se ha reducido hasta en un 95%, una cifra no vista desde hace 130 años.
Y según reportó Mayo Clinic, en varias ciudades de Estados Unidos la tasa de positividad ante miles de pruebas de influenza apenas es del 0.2%. Todo gracias al uso de tapabocas.
Se evitan las gotitas respiratorias
2
La mayoría de las personas no se han dado de la mano en aproximadamente un año, además de que se ha aprendido a mantener un distanciamiento social, conductas que parten desde el uso de mascarillas.
Para el doctor Jay Wood, director médico de Intuitive Health y confundador de Legacy ER & Urgent Care, la ciencia explica de forma muy sencilla que “las mascarillas reducen la tasa de transmisión de gotitas respiratorias que se propagan a otras personas”.
De acuerdo al especialista, cuando nos tapamos la nariz y la boca mediante el material quirúrgico, “es menos probable que nos toquemos la cara o estornudemos sobre las superficies y transmitamos bacterias”.
Menos síntomas de alergia
3
Es probable que las mascarillas no puedan hacer nada contra la molesta picazón en los ojos, pero sí son efectivas contra los síntomas nasales de la alergia.
La doctora Natasha Bhuyan, directora del centro One Medical en Arizona, contó que a través de un estudio se demostró que “las 12 enfermeras que trabajan en turnos de 8 a 12 horas con mascarillas informaron sentir menos síntomas de alergias”.
“La razón responde a que los tapabocas también pueden filtrar las partículas de alérgenos, que tienden a ser más grandes”, acotó la especialista.
Menor gasto en medicamentos
4
En sintonía con el punto anterior, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) precisaron en 2018 que casi 20 millones de estadounidenses padecen de alergias estacionales, lo que equivale a más de $10 mil millones de dólares en gastos para medicinas y visitas al médico.
Sin embargo, el uso de mascarillas reduce todos estos números y evita que las alergias de primavera, cada abril y mayo, se conviertan en una tortura para los más propensos a contraerlas.
No se inhalan contaminantes dañinos
5
Los gases tóxicos que expulsan las fábricas y automóviles, así como el humo provocado por los incendios forestales, la quema de basura y el cigarrillo que es tirado aun cuando está encendido son contaminantes dañinos que podemos inhalar en cualquier salida a la calle.
Ante esta situación los expertos aseguran que el uso de mascarillas es una buena idea. De hecho, este es un hábito que se ha establecido en Filipinas como medida para evitar los gases tóxicos de los vehículos.