Mujeres de Afganistán no se fían de los talibanes: «Debemos luchar por las próximas generaciones»
Pese a que los talibanes intentan demostrar que sí van a respetar los derechos femeninos, "en el marco de la ley islámica", las mujeres no confían en ellos y reconocen que en 20 años nada ha cambiado
Esta semana ocurrió un hecho inesperado en Afganistán, país donde los talibanes están tomando el control absoluto luego de 20 años. Una de sus figuras principales, Mawlawi Abdulhaq Hemad, accedió a responderle las preguntas de la presentadora Beheshta Arghand, para el medio local Tolo News. Se trata de una charla que rompe las tradiciones de la ‘sharia’, la cual es temida por las mujeres, ya que una reinserción de estas leyes islámicas suponen nuevamente un sinfín de prohiciones hacia sus derechos.
Luego de la entrevista con el representante talibán, a la periodista le quedó algo muy claro: que no confía en ellos. «Dicen, ‘no tenemos ningún problema con las mujeres afganas. Apoyamos su trabajo’, pero tengo mis dudas», dijo Arghand en conversación con la BBC.
La mujer reconoce que el ambiente periodístico en Kabul ha cambiado, ya no se refiere a temas polémicos con sus invitados y selecciona sus palabras con sumo cuidado. Pese a sus precauciones, su intuición femenina y la desconfianza hacia el régimen que tanto daño les hizo entre 1996 y 2001, le hace entender que «después de un mes o dos emitirán leyes. Harán que sea difícil».
A diferencia de otras mujeres, que comprensiblemente sintieron miedo, la comunicadora Beheshta Arghand sintió que necesitaba dirigirse hasta su sala de redacción, sobre todo en estos tiempos tan complicados. «Me dije a mí misma, ve… Es un momento muy importante para la mujer afgana».
«No estamos en una buena posición. Sabemos que esto no es bueno para las mujeres de Afganistán. Debemos luchar y sacrificarnos por las generaciones venideras», expresó la profesional, según reseña la BBC.
En su testimonio, la mujer contó que de camino a la oficina era detenida constantemente por combatientes talibanes, quienes le preguntaban por qué viajaba sola, es decir sin su mahram (esposo, padre o hermano). Según las restricciones de la ‘sharia’, las mujeres de Afganistán «no pueden salir a la calle sin su mahram».
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«Tengo que pelar hoy, para que la próxima generación no tenga este conflicto»
Hace un par de semanas, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid se dirigió a la prensa internacional para afirmar que sí permitirán a las mujeres trabajar y estudiar «dentro del marco de la ley islámica». Asimismo, aclaró que una vez se instaure el nuevo gobierno en Kabul habrá más detalles de sus intenciones.
Por su parte Sanam Naraghi Anderlini, defensora mundial de los derechos femeninos, señaló que solo se trata de una estrategia para que la comunidad internacional se retire por completo del país surasiático. “Una vez que los diplomáticos se vayan, los periodistas se vayan, las ONG internacionales se vayan, básicamente van a cerrar las puertas… Dios sabe lo que veremos entonces”, dijo.
Khadija Amin, otra presentadora de noticias en Kabul, dijo el pasado 17 de agosto que los talibanes habían suspendido sus funciones laborales, así como las de otras empleadas del medio televisivo. La denuncia la formuló en redes sociales.
Para Pasthana Durrani, una maestra afgana y activista de derechos humanos, señala que el discurso de los talibanes se contradice con lo que realmente están haciendo. En entrevista con la BBC, y pese al temor de perder su vida por emitir declaraciones, la mujer expresó: «Tengo que pelear hoy, para que la próxima generación no tenga que enfrentarse a todo este conflicto».
Según la educadora, las directrices del régimen talibán no tienen credibilidad y la asistencia a clases está cada vez más restringida. «Las mujeres de Herat no ha podido acudir a las clases en la universidad, a las niñas de Kandahar se les pidió que se fueran a casa», dijo Durrani.
Herat y Kandahar son dos de las 34 provincias de Afganistán.
«O no tienen el control de sus combatientes, o realmente quieren la legitimidad, pero no están dispuestos a hacer el esfuerzo. Esas son dos cosas diferentes», denunció la activista. Finalmente aseguró que sí hay algo que no conocen los talibanes son los «derechos de la mujer», por lo que ve improbable que el escenario de 1996-2001 y el actual sea distinto.