Cuántas veces a la semana debemos ejercitarnos para prevenir problemas de memoria
Un estudio realizado en la Universidad de Texas arrojó que el ejercicio aeróbico y frecuente puede ayudar a combatir los efectos del envejecimiento cerebral y los riesgos de demencia
Una caminata rápida alrededor de la cuadra varias veces a la semana podría ayudar a los hombres y mujeres de mediada edad a preservar una mente y un cuerpo más saludable a medida de que envejecen, sugiere un nuevo estudio de un año realizado por la Universidad de Texas, Southwestern.
Los investigadores encontraron que un grupo de estadounidenses de mediana edad y mayores que participaron en este experimento obtuvieron puntajes altos en las pruebas cognitivas y tuvieron menos probabilidades de informar pérdida de memoria después de adquirir el hábito de caminar con frecuencia, refiere el portal Daily Mail.
También tuvieron un mejor flujo sanguíneo en sus cerebros, lo que los científicos creen que ayuda a mantener las células cerebrales alimentadas.
“No tenemos un tratamiento para el envejecimiento o para la devastadora pérdida de memoria debido a la demencia”, afirmaron los investigadores, no obstante, este nuevo hallazgo sugiere que no sólo se puede prevenir un mayor deterioro del cerebro haciendo ejercicios, sino que quizás “incluso se recupere alguna medida de la función cognitiva perdida con un poco de ejercicio”.
Entre el 20 y el 25% de los estadounidenses mayores de 65 años tienen un deterioro cognitivo leve, refiere el estudio.
¿Nuestro cerebro envejece como nuestro cuerpo? ¿El ejercicio puede ayudar a ralentizar ese envejecimiento?
A medida que envejecemos, nuestro cerebro se “encoge” y pierde volumen en ciertas áreas, señala la investigación citada por el portal Daily Mail.
No obstante, los adultos más jóvenes que hacen ejercicio, especialmente aeróbicos, tienden a tener un mayor volumen cerebral y muestran menos atrofia a medida que envejecen.
Como cualquier célula de su cuerpo, las células del cerebro necesitan oxígeno para sobrevivir y funcionar de manera óptima, dice el estudio.
El ejercicio también ayuda a proporcionar una cantidad adicional de oxígeno al cerebro, lo que ayuda a promover un mejor funcionamiento, especialmente en aquellas regiones asociadas con la función ejecutiva y la memoria.
De hecho, el cerebro obtiene una especie de alto nivel de oxígeno inmediatamente después de un entrenamiento.
Y al igual que otros vasos sanguíneos del cuerpo, los que alimentan el cerebro tienden a endurecerse y estrecharse con la edad, restringiendo el flujo de oxígeno a estas regiones críticas para la memoria y el funcionamiento cognitivo.
El estudio: ejercitarnos varias veces a la semana podría prevenir problemas de memoria y hasta demencia
Los investigadores de Universidad de Texas, Southwestern, se preguntaron si adoptar una nueva rutina de ejercicios podría tener efectos aún más profundos para las personas mayores, ralentizar el deterioro e incluso mejorar la función cerebral.
Los investigadores reclutaron a 70 hombres y mujeres sedentarios de 55 años o más.
La mitad de los participantes recibieron un régimen de ejercicios de estiramiento y tonificación. Estas personas serían los controles. Debían compararse con la otra mitad de los participantes a quienes se les indicó que comenzaran a hacer ejercicio aeróbico que aumentara su frecuencia cardíaca.
Las personas del grupo más activo podían elegir cualquier actividad, desde andar en bicicleta hasta nadar, bailar de salón o caminar. La gran mayoría se limitó a caminar.
Todos comenzaron con tres sesiones a la semana, monitoreadas por los investigadores para asegurarse de que estaban haciendo sus ejercicios de manera correcta y segura.
Luego, los participantes fueron enviados a hacer sus propios entrenamientos, agregando días de ejercicio adicionales a sus semanas.
En seis meses, las personas casi mayores que antes eran sedentarias se ejercitaban cinco veces por semana la mayoría de las semanas.
La transformación del grupo activo se hizo evidente de inmediato. Se veían más en forma, se sentían más fuertes y las resonancias magnéticas mostraron que tenían mejor flujo sanguíneo y oxigenación en el cerebro.
El grupo de los estiramientos no mostraron estos signos prometedores de beneficios del ejercicio.
Sin embargo, al final de su año de estiramiento o caminata rápida, los 50 participantes restantes (20 personas abandonaron) se desempeñaron mejor en las pruebas cognitivas.
La memoria y la cognición de todos mejoraron, en comparación con el inicio del estudio, incluso si estaban haciendo menos ejercicio aeróbico.
Pero aquellos que habían estado caminando o aumentando su frecuencia cardíaca vieron las mejoras más significativas, especialmente en su funcionamiento ejecutivo, que incluye la toma de decisiones y la planificación anticipada.
Los resultados sugieren que el ejercicio aeróbico corto, pero constante y frecuente puede ayudar a combatir los efectos del envejecimiento cerebral y, a su vez, reducir los riesgos de demencia.