Cómo eliminar las mosquitas de la cocina
Pese a su pequeño tamaño, son capaces de propagarse hasta el punto de convertirse en plaga
Las mosquitas de la cocina tuvieron un papel importante en una investigación biomédica realizada en Harvard.
Con el estudio descubrieron que estas mosquitas de la cocina, se sienten muy atraídas por cualquier cosa que contenga azúcar y que fermente en alcohol o vinagre.
Por eso, suelen estar más en lugares con frutas demasiado maduras, incluso cerveza o vino, por nombrar algunos de los alimentos más comunes.
Sin embargo, no son el único lugar en el que pueden verse. También suelen estar en los cubos de basura sucios, en contenedores de comida orgánica y en los desagües de lavaplatos.
Pese a su pequeño tamaño, son capaces de propagarse hasta el punto de convertirse en plaga.
Reproducción de las mosquitas de la cocina
La hembra adulta puede llegar a poner hasta dos mil huevos en la superficie de algo húmedo y podrido y, en unas 30 horas, ya eclosionan diminutos gusanos que empiezan a alimentarse de la comida.
En dos días, estos gusanos ya están a punto de aparearse y tienen entre ocho y quince días para hacerlo antes de morir.
Podemos saber que se trata de este tipo de mosca por sus ojos rojos, el tórax marrón y el abdomen negro.
Su presencia no pasa desapercibida ya que suelen aparecer numerosos insectos adultos volando alrededor de la fuente de alimento.
La presencia de este tipo de mosca significa que hay algún problema de calidad —golpes o algún alimento podrido— o de higiene en nuestra cocina.
Ahora bien, no se ha demostrado que su presencia y la de los huevos puedan tener consecuencias en la salud humana.
Pero sí debemos tener en cuenta que ha habido alguna deficiencia de control, un problema de calidad que se podría acabar convirtiendo en un asunto de inocuidad.
Qué debemos hacer cuando encontremos estas moscas
Ante la presencia de este tipo de insecto díptero, lo primero que debemos hacer es retirar la fruta que está estropeada para evitar que las moscas continúen alimentándose y reproduciéndose.
Así, conseguimos también que dejen de poner sus huevos en la fruta podrida y otras zonas blandas y dulces que pueda haber cerca.
Debemos tener en cuenta que si las dejamos en la basura durante mucho tiempo se continuará atrayendo más moscas de la fruta. Lo más aconsejable es tirar la fruta en una bolsa sellada en el contenedor de la basura orgánica.
En algunos casos puede ocurrir que haya moscas pero no localicemos ninguna pieza estropeada. Lo que haremos será mirar si cerca hay algún cubo de basura con restos de comida, que también son un caldo de cultivo.
Tras retirar este foco, lo recomendable es limpiar bien la zona, incluyendo la encimera, de posibles derrames.
Cualquier lugar de la cocina donde haya basura o un derrame (como ya hemos comentado, los más comunes son el fondo del cubo de la basura, el desagüe del fregadero, debajo de la nevera o incluso dentro de una botella de vino vacía que no se ha enjuagado) puede atraer estas moscas.
Por ello, también se recomienda una vez consumida una bebida alcohólica, lavar bien la botella con agua, ya que los posos podrían fermentar y atraer a las moscas.
Medidas preventivas contra la mosca de la fruta
Como ya hemos visto, la higiene es fundamental para mantener a raya a estas moscas. Usar agua tibia y jabón nos ayudará a eliminar estos residuos de alimentos y líquidos, que son los que permiten la proliferación de estos insectos.
También puede usarse un insecticida doméstico, aunque debemos tener en cuenta que con este sistema no eliminamos los huevos y, por tanto, no acabamos con el problema de origen.
También podemos usar una trampa casera para acabar con ellas, como llenar un bote pequeño con un poco de zumo de fruta, vinagre, sidra de manzana o vino, y añadir unas gotas de detergente para lavar platos.
Tras cubrirlo con una envoltura de plástico, lo perforamos con pequeños agujeros: las moscas se sentirán atraídas por este cebo y no podrán escapar porque el jabón se lo impedirá.