Día Mundial de la Epilepsia: 7 hábitos que debes evitar para no sufrir una crisis epiléptica
De la mano de un equipo de expertos, en el Día Mundial de la Epilepsia te presentamos 7 hábitos que debe evitar una persona diagnosticada con el trastorno cerebral, a modo de prevenir la aparición de una crisis epiléptica
Las crisis epilépticas son las convulsiones que se producen en una persona que padece el trastorno cerebral. Sin embargo, estos cuadros se desarrollan cuando el epiléptico no cumple con los cuidados y prevenciones médicas necesarias. En el Día Mundial de la Epilepsia, o también llamado Purple Day, te guiamos en una serie de hábitos que debes evitar a toda costa.
El grupo Ápice Epilepsia, conformado por un equipo de psicólogos, entrenadores deportivos, profesores en el área y trabajadores sociales, enumeró hasta 7 hábitos a los que una persona con epilepsia debe prestar atención para prevenir una crisis epiléptica que ponga en peligro su vida.
El National Purple Day (Día Nacional Morado), que desde 2008 se celebra cada 26 de marzo, busca crear conciencia mundial e invita a comprender los cuidados que deben tenerse ante este trastorno neurológico.
7 hábitos a evitar para no sufrir una crisis epiléptica
No dormir lo suficiente
1
Lo principal para evitar una crisis epiléptica es mantener la actividad cerebral con estabilidad y energía, por lo que es indispensable tener cada noche un sueño reparador.
La disminución de tus horas de sueño pueden favorecer el desarrollo de una crisis epiléptica, así que nunca dejes de dormir lo suficiente: entre 7 y 10 horas, dependiendo de tu edad.
Si eres una persona que trabaja por las noches, aunque no es lo más óptimo por tu condición especial, lo recomendable es que duermas una buena cantidad de horas en el día para que tu cerebro esté descansado y no se vea afectado por mantenerse activo durante la noche y madrugada.
Bebidas alcohólicas en exceso
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El consumo de bebidas alcohólicas está contraindicado en quienes sufren de epilepsia, ya que pueden aumentar las probabilidades de sufrir una crisis, así tomes en pequeñas cantidades.
El alcohol aumenta la excitabilidad de las neuronas, lo que podría desarrollar una convulsión.
Además, este tipo de bebidas altera tu patrón de sueño y causa reacciones adversas ante tu medicación antiepiléptica. Recuerda que hay una serie de medicamentos que nunca deben mezclarse con el alcohol.
Incumplir con el tratamiento
3
Es quizás la causa más frecuente por la que se producen las crisis epilépticas: olvido o abandono de la medicación, la cual además debe ser recetada por un profesional en el área. Una persona epiléptica NUNCA debe automedicarse.
El incumplimiento del tratamiento antiepiléptico puede provocar convulsiones más severas que aquellas producidas por la falta de sueño, por ejemplo. Lo correcto es consumirlas a diario o dentro de un periodo de 24 horas entre una pastilla y otra.
Cuidado con el café y otros alimentos
4
El consumo de cafeína, así como los refrescos, bebidas energizantes y el chocolate, después de las 12:00 del mediodía son un peligro para tu salud cerebral si eres epiléptico.
Al igual que el alcohol, este tipo de bebidas producen excitabilidad en las neuronas, favoreciendo la aparición de una convulsión.
Comer demasiado antes de dormir
5
Si eres epiléptico, lo recomendable es que tengas una cena ligera antes de dormir. Y en caso de ser pesada, que no sea después de las 8:00 de la noche.
Comer demasiado antes de irte a la cama puede provocar indigestión, lo que exige una mayor actividad cerebral que podría desencadenar una crisis epiléptica.
Practicar ejercicios antes de dormir
6
Si bien cumplir con la actividad física siempre es saludable, hacer ejercicio por las noches puede provocar un agotamiento físico y mental que puede alterar el sueño y desencadenar una crisis epiléptica.
Es preferible que dejes este hábito para las horas del día, de modo que puedas descansar y recuperarte y relajar la mente sin la necesidad de dormir.
Las emociones fuertes
7
Eres una persona con una condición especial, asúmelo e incluso pide a tus allegados que colaboren en tu estabilidad emocional.
Las emociones fuertes, desde la rabia, tristeza y alegría excitable pueden elevar la actividad de tus neuronas, lo que facilita la aparición de una crisis epiléptica.
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