Qué es la positividad tóxica: cuando invalidas tus emociones y te impones una falsa felicidad
La psicóloga Vanessa Codorniu, especializada en bienestar, señala que la positividad tóxica es una mentalidad positiva ante cualquier situación, por muy difícil que sea, sin dar espacio a los sentimientos y al razonamiento
Podrías pensar que la positividad tóxica es como un exceso de positivismo, valga la redundancia. Quizás es una expresión que recuerda a la personalidad de «Parker», el personaje al que dio vida Alec Baldwin en un capítulo de Friends. Pero realmente es más serio de lo que parece, ya que con este tipo de conducta puedes imponerte una falsa felicidad e incluso invalidar tus verdaderas emociones.
La película animada Inside Out (Intesamente) nos enseñó a todos que la tristeza también forma parte de nuestra vida, y en un momento oportuno es la emoción que necesitamos para sanar a través de las lágrimas. Cuando se reprime y se cambia por la alegría se produce la falsa felicidad, y si esto se habitúa, la persona vive de una positividad tóxica.
La doctora Vanessa Codorniu, hipnoterapeuta clínica y coach motivacional especializada en bienestar, señala que la positividad tóxica «no solo afecta tu salud mental, sino que también afecta tu salud física, tus relaciones y todo lo que haces».
«Tampoco nos permite aprender de nuestras experiencias porque te da vergüenza desempacarlas», agrega la experta.
En una definición más técnica, fuera de lo de «Parker» e Inside Out, la positividad tóxica es «una creencia forzada» donde una persona mantiene una mentalidad positiva ante cualquier situación, por muy difícil que sea, sin dejar espacio a los sentimientos y al propio razonamiento. Es tan sencillo como llevar lo positivo al extremo, volviéndose indudablemente tóxico.
La positividad tóxica te resta empatía y te lleva a objetivos inalcanzables
La doctora Pamela Rutledge, psicóloga experta en neurociencia, comportamiento humano y directora del Media Psychology Research Center, afirma que la verdadera positividad se basa en sentir los aspectos que realmente te benefician y no solo negar los factores negativos.
En su análisis profesional, la psicóloga considera la conducta como «una fachada artificial».
«Invalida las emociones, la experiencia vivida de los demás y crea presión para ajustarse a un objetivo inalcanzable y poco saludable», señala la doctora La doctora Rutledge.
Asimismo, asegura que la positividad tóxica «impide la empatía», lo que te dejan mal posicionado ante otras personas. Cuando transmites eso a alguien que tiene un grave problema o que realmente lo está pasando mal, «puedes hacer que el receptor se sienta mucho peor».
Por su parte, la doctora Vanessa Codorniu opina que la llegada de las redes sociales ha incrementado este tipo de conductas, ya que una incalculable cantidad de usuarios tienen una «obsesión enfermiza por manifestar» mensajes de felicidad que quizás ni siquiera sienten en lugar de resolver situaciones de forma directa y pragmática.
En las redes sociales hay comentarios como «lo superarás», «sigue avanzando», «lo tienes» y «les demostrarás», entre otros, que son omnipresentes y que no muestran ningún tipo de empatía. Es solo una fachada, selló la doctora Codorniu.
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