¿Quién paga la primera cita? El debate que no debes tener con una persona que apenas conoces
Hoy día las relaciones se construyen desde otro lugar, por eso, amiga/amigo: no importa quién pague la primera cita

El debate que no debes tener con una persona que te gusta: ¿Quién paga la primera cita? Ya pasó de moda y ahora es todo más fluido. Crédito: vgstudio | Shutterstock
Este debate sobre quién paga la primera cita todavía se da en conversaciones sociales, pero la verdad ¿importa quién paga?. Hay muchas personas que sotienen que aquel que invita paga.
No obstante, depende del contexto en que se de esta relación que surge en primera cita, no debería importar quién paga la primera cita, sino cómo se desarrolla la misma.
Es decir, la principal duda debería ser: ¿qué hacer en la primera cita con un extraño? y no ¿quién paga la primera cita?.

Se dice que quien invita a salir es la persona encargada de pagar la cuenta en la primera cita. Incluso esta creencia la reafirma Alex Williamson, directora de la aplicación para ligar Bumble.
«Desde mi punto de vista, si una persona ha pedido salir a otra, es ella quien debe hacerse cargo de la cuenta. En cualquier caso, es razonable que ambos se ofrezcan a pagar su parte o toda la cuenta y que se pongan de acuerdo», describe.
Quién paga la primera cita y por qué
Sin embargo, lo más justo y equitativo es que ambas personas paguen lo que consumen o se dividan la cuenta a la mitad.
Esto sí, si una persona es quien se ofrece a pagar el monto total de la cuenta y se acepta, no significa que deba cargar con todo, sino que la persona que no pagó puede invitar el postre, poner la propina o incluso pagar la próxima cita.
El debate sobre quién paga la primera cita está relacionado con las expectativas culturales, sí, esas que influyen significativamente en la creencia patriarcal donde se espera que el hombre pague como muestra de caballerosidad.
Sin embargo, lo más sano para establecer un vínculo nuevo es compartir los gastos de manera equitativa.
Un estudio publicado por Sage Journals realizado con 17,607 participantes heterosexuales solteros revela un panorama interesante sobre quién debe pagar la cuenta en una cita.
Por un lado, la tradición patriarcal – que ya debe derogarse – dice que el hombre debe ser quien pague en una cita.
No obstante, la mayoría de los hombres (74%) y mujeres (83%) informan que, después de seis meses de citas, ambos miembros de la pareja contribuyen económicamente.
A pesar de esto, la mayoría de los hombres (84%) y una parte significativa de las mujeres (58%) afirman que los hombres todavía asumen la mayor parte de los gastos.
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En este estudio, se asume un dilema, de acuerdo a los datos recaudados, que el 39% de las mujeres desean que los hombres rechacen sus ofertas de pago.
Mientras que 44% de las mujeres les molesta que los hombres esperen que ellas compartan los gastos de la primera cita o la relación.
Y un 40% de las mujeres asegura que prefieren que los hombren acepten compartir los gastos, pero les pasa que por el contrario se enojan con el ofrecimiento.
En el caso de los hombres, casi dos tercios (64%) creen que las mujeres deberían contribuir económicamente, y casi la mitad (44%) afirmaron que dejarían de salir con una mujer que nunca paga.
No obstante, la mayoría de los hombres se sienten culpables al aceptar dinero de las mujeres (76%).
La realidad es que la elección de quién paga en una cita es una decisión personal que debería basarse en la comunicación abierta y el consenso mutuo, en lugar de regirse estrictamente por las normas de género pasadas.
¿Cuáles son los beneficios de dividir la cuenta en una cita?
Dividir la cuenta en una cita o en cualquier otra situación tiene varios beneficios, especialmente cuando se trata de crear una conexión más sólida con una persona que te interesa:
- Equidad: dividir la cuenta asegura que cada persona pague por lo que ha consumido, lo que garantiza una distribución justa de los gastos.
- Mayor libertad: cuando se divide la cuenta, se tiene la libertad de elegir lo que se desea comer o beber sin preocuparse por los costos.
- Menos estrés financiero: para algunas personas, especialmente en relaciones nuevas, el acto de pagar toda la cuenta puede generar estrés financiero. Dividir la cuenta puede aliviar esta preocupación.
- Fomenta la igualdad de género: en muchas culturas, se ha considerado tradicionalmente que el hombre pague por la cita. Sin embargo, dividir la cuenta puede contribuir a la igualdad de género y eliminar las expectativas de género asociadas con el pago en las citas.
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