Cómo usar una esponja de cocina para revivir tus plantas de interiores
Una simple esponja de cocina colocada en el fondo de la maceta puede ayudar a absorber el exceso de humedad, dado que son porosas, proporcionan espacio adicional para que el aire fluya a través del suelo
Cuando es un problema de hongos que puede provocar la muerte de las plantas si no se soluciona. Lo puedes identificar porque comienzan a caerse tanto las hojas nuevas o viejas y son de color verde, marrón o amarillo, y si la tierra comienza a oler a podrido. Crédito: Shutterstock
Las plantas llenan de vida nuestro hogar cuando se encuentran en óptimas condiciones, y constantemente nos encontramos en la búsqueda de hacerlas lucir más bonitas. Cuando comienzan a marchitarse nos cuestionamos si los cuidados que les hemos dado han sido los más adecuados. Una esponja de cocina puede contribuir a revivir tus plantas de interiores cuando no has dado con la medida de riego idónea.
Nuestras plantas decoran nuestra casa y dan un sentido de hogar, de cuidado y de bienestar. Además, purifican el aire y combaten la energía negativa.
Si notas que tus plantas se están marchitando, asegúrate de verificar primero su tierra, la correcta hidratación, el sustrato e incluso la limpieza de las mismas hojas.
Previamente hemos escrito sobre cómo hacer un abrillantador casero de plantas con solo dos ingredientes.
Pero si notas que el problema va más allá en hora de revisar más a profundidad. Puede tratarse de una pudrición de raíz, que ocurre cuando una planta se riega en exceso y su suelo se satura.
Es un problema de hongos que puede provocar la muerte de las plantas si no se soluciona. Lo puedes identificar porque comienzan a caerse tanto las hojas nuevas o viejas y son de color verde, marrón o amarillo, y si la tierra comienza a oler a podrido.
Si es tu caso, no te espantes. Aún estás a tiempo de recuperar a tu planta. Una simple esponja de cocina colocada en el fondo de la maceta puede ayudar a absorber el exceso de humedad, dado que las esponjas son porosas, proporcionan espacio adicional para que el aire fluya a través del suelo.
Primero, retira con delicadeza la planta de la maceta girándola de lado, hasta que la planta se deslice hacia afuera.
Segundo, recorta las raíces descoloridas o podridas. Asegúrate de limpiar las tijeras mientras haces cada corte con alcohol isopropílico para evitar que se contaminen los demás cortes.
Tercero, poda hasta un tercio de las hojas para que la planta pueda dedicar más energía a reparar su sistema de raíces.
Cuarto y último, desecha la tierra existente, limpia la maceta con una solución de agua y lejía y vuelve a plantar la planta con tierra fresca y la esponja.
Ten presente que una esponja solo puede contener una cantidad limitada de líquido. E incluso una maceta con orificios de drenaje puede atascarse si se riega demasiado.
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