4 maneras de encauzar emociones intensas para que sean productivas y no dañinas, según expertas

Sobre todo las emociones displacenteras, como el miedo, la ira y la tristeza nos pueden llevar a escenarios que no queremos para nosotros mismos

encauzar emociones intensas

Lo que es más importante es la verdad paradójica de que cuanto menos apegados nos sentimos al objetivo de cambiar cómo nos sentimos, más fácil es influir en nuestra respuesta emocional con habilidad. Crédito: Shutterstock

La intensidad de nuestras emociones se nos pueden ir de las manos y llevarnos a situaciones en las que no queremos estar. Te decimos 4 maneras de encauzar emociones intensas para que sean productivas y no dañinas, según expertas de la Psicología.

Sobre todo las emociones displacenteras, como el miedo, la ira y la tristeza nos pueden llevar a escenarios que no queremos para nosotros mismos. Parece como si cobraran vida dentro de nosotros y cada una a su paso, pero con mucha determinación aflora no solo para hacérnoslo notar a nosotros sino a los demás que se encuentran alrededor.

En consecuencia, les huímos, las rechazamos, no las queremos con nosotros. Las racionalizamos, como tratando de separarnos de ellas y verlas desde afuera. Para intentarlas condenar y exiliar.


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Sin embargo, reivindican su presencia y vuelven cada vez que pueden porque quieren ser escuchadas. Allí está la respuesta respecto a las emociones displacenteras: traen un mensaje.

Las doctoras Lizabeth Roemer, profesora de Psicología en la Universidad de Massachusetts Boston, y Susan M. Orsillo, profesora de Psicología en la Universidad de Suffolk en Boston, expusieron en su columna para Psychology Today que ciertos procesos pueden aumentar las posibilidades de interrumpir nuestro ciclo de tristeza, ira o miedo y encauzarlo para hacer de ello algo productivo y no dañino.

1- Nota tus emociones a medida que aparecen

Observar las sensaciones, los sentimientos, los pensamientos y los impulsos que surgen puede interrumpir el ciclo de evitación que puede alimentar la intensidad de estas reacciones.

Ponerle nombre a lo que sientes y describir cómo te hace sentir puede ser el primer paso. Algo así como: “me encuentro enojado/a y siento una acidez estomacal muy fuerte”.

“Es una forma de reconocer la humanidad de nuestra respuesta y puede ayudarnos a recibir cualquier mensaje que las reacciones nos están enviando”, coincidieron.

2- Sé autocompasivo/a

Usar un lenguaje interno empático y amable para describir lo que está sucediendo en un momento difícil es clave para no sentirse frustrado/a o ansioso/a.

Validar tus propias emociones puede interrumpir el ciclo dañino indeseado.

3- Conecta con lo que es importante

¿Queremos estar conectados con la persona con la que estamos interactuando? ¿Queremos afrontar un nuevo reto? ¿Queremos tomar acciones que promuevan el cuidado y la justicia por los demás? ¿Queremos salir de esta situación y reponer nuestros recursos para poder hacer algo más importante para nosotros más adelante?

Descifra el mensaje de tus reacciones.

4- Elegir con flexibilidad estrategias para sentirte mejor

No es la primera vez, ni será la última que nos sintamos mal. Piensa sobre las cosas que te han funcionado en el pasado para lograr tu objetivo de sentirte mejor.

Respirar profundamente 10 veces, escribir en un diario de gratitud, explorar la naturaleza, escuchar música, ver una comedia, orar, meditar, conectarte con la comunidad o innumerables otras acciones en tiempos de angustia intensa.

Lo que es más importante es la verdad paradójica de que cuanto menos apegados nos sentimos al objetivo de cambiar cómo nos sentimos, más fácil es influir en nuestra respuesta emocional con habilidad.

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