Cómo los perros pueden hacer que las personas sean más sociables

Un estudio de investigadores suizos señala que los peludos ayudan a las personas a sobrellevar el estrés y la depresión, por lo que arrojar luz sobre el fenómeno podría conducir al desarrollo de mejores tratamientos para la terapia con animales

perros más sociables

Estos lomitos de amor tienen efectos que persisten cuando no están presentes, pero disminuye cuando los investigadores reemplazan a los perros vivos con animales de peluche. Crédito: Shutterstock

El perro es el mejor amigo del hombre, pero además podrían ayudar a las personas en su relación con otros haciéndolas más sociables, develó un estudio de investigadores suizos.

Los hallazgos, publicado en la revista PLoS ONE, señalan que los peludos ayudan a las personas a sobrellevar el estrés y la depresión, por lo que arrojar luz sobre el fenómeno podría conducir al desarrollo de mejores tratamientos para la terapia clínica asistida por animales.

Incluso, estos lomitos de amor tienen efectos que persisten cuando no están presentes, pero disminuye cuando los investigadores reemplazan a los perros vivos con animales de peluche.

Los autores dijeron en un comunicado de prensa que el estudio demuestra que la actividad cerebral prefrontal en sujetos sanos aumentó con un aumento en la cercanía interaccional con un perro o un animal de peluche, pero especialmente en contacto con el perro, la activación es más fuerte.

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Es decir, que las interacciones con un perro podrían activar más procesos de atención y provocar una excitación emocional más fuerte que los estímulos no vivos comparables.

El experimento de la investigación midió la actividad en la corteza prefrontal del cerebro entre 19 hombres y mujeres de forma no invasiva utilizando tecnología de neuroimagen.

Usaban un cintillo con sensores que emitían luz infrarroja en su cerebro mientras veían a un perro, se reclinaban en una silla con el animal contra sus piernas o lo acariciaban. De la misma manera, con “Leo”, un león de peluche, al que los investigadores llenaron con una botella de agua para que coincidiera con la temperatura y el peso de los perros vivos.

Los resultados mostraron que la actividad cerebral prefrontal era mayor cuando los participantes interactuaban con los caninos reales, sobre todo para las caricias, que fue la condición más interactiva.

La líder del estudio, Rahel Marti, aseguró que los hallazgos son clínicamente relevantes para pacientes con déficits en la motivación, la atención y el funcionamiento socioemocional.

Por lo que agregar animales a las intervenciones terapéuticas podría ser un enfoque prometedor para mejorar la atención y la participación emocional.

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