Quiero cambiar actitudes de mi pareja, ¿está eso bien?: expertos responden
¿Realmente hay que aceptar a las personas como son? Cuando elegimos a una para estar en pareja la deberíamos querer de la manera que son, pero qué pasa cuando quieres cambiar algunas actitudes de ella, ¿está bien?
Al final hay que tener la convicción de que nadie cambia por otra persona, que hay maneras de persuadir para hacer cambios en tu pareja, pero es decisión de ellos y no tu responsabilidad, y que se debe reflexionar a qué conllevan estos cambios. Crédito: Shutterstock
¿Realmente hay que aceptar a las personas como son? Normalmente, estamos al tanto de que las personas son todas diferentes y que cuando elegimos a una para estar en pareja la deberíamos querer de la manera que son, pero qué pasa cuando quieres cambiar algunas actitudes de ella, ¿está eso bien?
Definitivamente, no hacemos a las personas a nuestra voluntad, así que debemos atenernos a que incluso cuando alguien nos encanta, puede haber cosas con las que tengamos que hacer concesiones, debido a que nadie es perfecto.
Solo que en esas concesiones hay que discernir qué es realmente un dealbreaker, eso que no estás dispuesto a tolerar bajo ningún concepto; y los dealbenders, esas cosas que no te encantan, pero que estás dispuesto/a a dejar pasar, al menos por un tiempo o mientras aparecen más.
La consejera Laura K. Schenck, Ph.D, expone que tu pareja nunca va a decir o hacer «lo correcto» en todos y cada uno de los momentos que deseas que lo haga.
Señala que cuando hay un deseo persistente de conectarse externamente con su pareja, esto puede experimentarse como agotador para ambos y resultar en un mayor retraimiento o evitación.
“Vale la pena reflexionar honestamente sobre cuán conectado te sientes realmente contigo mismo y cuánto amor estás dirigiendo hacia ti mismo. Cuando no estás conectado y no te amas a ti mismo, es casi imposible estar conectado y amar a otro”
La profesora de Filosofía en el Gustavus Adolphus College en St. Peter, Minnesota, Peg O’Connor, Ph.D., asegura que una persona no puede hacer que otra persona cambie, no importa cuánto lo intente.
O’Connor explica que nuestros esfuerzos pueden tener el efecto contrario de lo que pretendemos. Por lo que lo ideal en estos casos es la motivación propia de la persona.
Por su parte, Kira Asatryan, autora del libro Deja de sentirte solo: tres pasos simples para desarrollar amistades cercanas y relaciones profundas, indica que solicitar de manera adecuada los cambios que quieres ver en tu pareja puede unirte más con ella.
A su juicio, se trata de comprender qué hace a tu pareja comportarse de determinada manera, por ejemplo salir de fiesta todos los viernes; aconsejar abordar la causa principal, es decir, si se siente solo o ansioso; y modelar los comportamientos que te gustaría ver, o sea, despedirte de los dobles estándares.
Al final hay que tener la convicción de que nadie cambia por otra persona, que hay maneras de persuadir para hacer cambios en tu pareja, pero es decisión de ellos y no tu responsabilidad, y que se debe reflexionar a qué conllevan estos cambios, porque pedirle a alguien que vaya en contra de su esencia puede ser inocuo.
Como dice la locución popular: “si mi abuela tuviera ruedas, sería una bicicleta”.
Entonces no será que en lugar de buscar cambiar a tu pareja, ¿deberías cambiar de pareja?
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