Mi hijo pequeño me descubrió teniendo relaciones sexuales con mi pareja: qué le digo

Aunque parezca algo insólito, la realidad es que no lo es, ya que ser padre o madre implica que tus tiempos de privacidad sean cortos

Qué hago si mi hijo me descubre tiene relaciones con mi pareja

Las reacciones exageradas o descontroladas cuando tu hijo pequeño te descubre teniendo relaciones no son sanas. Lo mejor siempre es preservar la calma. Crédito: Shutterstock

En la vida como madres y padres, uno de los momentos más vergonzosos que se puede atravesar es cuando tu hijo pequeño te descubre teniendo relaciones, bien sea con el otro padre o una pareja. Y aunque parezca insólito, la realidad es que sucede con frecuencia, pues la paternidad implica que tus tiempos de privacidad sean cortos y limitados.

Los niños pequeños son muy curiosos, y a menos que se lo instruyas muy bien, no tocarán la puerta de tu cuarto cuando necesiten algo. Por tal motivo debes estar preparado o preparada cuando te pille en una escena muy inoportuna.

4 tips que puedes aplicar si tu hijo pequeño te descubre teniendo relaciones sexuales


Mantén la calma

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Tu reacción es fundamental para evitar que la situación se convierta en algo que pueda marcar a tu hijo pequeño.

Si estás teniendo relaciones con tu pareja y el niño está dormido o entretenido en otra habitación, es recomendable que tengas un plan en caso de que puedan ser interrumpidos. Este plan consiste en practicar una reacción o tener algún método que pueda cortar la visión e interpretación.

Pero si eres pillada ‘in fraganti’ con tu pareja, al menos debes (deben) ofrecer una reacción que genere desconcierto y no impresión. No le regañes, no grites ni tampoco hagas movimientos violentos, sino actúa con la mayor normalidad posible.

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Háblalo, no asumas que lo olvidará

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Patricia Fernández, escritora de origen español y especialista en asuntos de maternidad, recalca que el tema nunca puede quedar en el olvido. Incluso es probable que tu hijo no se atreva a hablar, ya que su desconocimiento le hará “entender” que percibió algo violento, cuando no es así.

Lo primero que debes hacer es preguntarle qué fue lo que vio y sintió, para tener al menos un punto de partido en tu explicación. Recuerda que al tratarse de un niño pequeño podrías omitir detalles que no pueda procesar y mejor básate en gestos de amor que intercambia una pareja, aclarando que hay caricias que son mejor en privado.


No le mientas

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Una cosa es omitir y otra distinta es mentir, porque la segunda puede crear una distorsión que se agrava más adelante, es decir, cuando crezca.

Si tiene alguna pregunta que te saca de confort, igualmente aplica la sinceridad pero omitiendo detalles sexuales. Si hay algo que realmente no debes contestar, dile que en ese momento no tienes la respuesta, pero que lo harás muy pronto.

De nuevo: no le transmitas que es algo prohibido, sucio, para eso está la omisión. Es mejor indicarle que todo forma parte de un momento normal y amoroso en la vida como adultos.


Cuando no ve, sino que escucha

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Este escenario debería ser más fácil, porque si bien son sonidos que le causan curiosidad, como gemidos por ejemplo, no hay una imagen a la que tu hijo pueda asociarlo.

En este caso mantente en la misma línea, explicándole que los adultos suelen expresarse así cuando están juntos como pareja. Sin embargo, lo fundamental es que le aclares que es lindo y para nada agresivo.

Para que no vuelva a ocurrirte esta embarazosa situación, lo mejor es que tengas estrategias para evitar que tu hijo pequeño te pille en la cama con tu pareja. Tranca la puerta con botón, asegúrate de que esté dormido y acciona cualquier estrategia con la que al menos puedas taparte con la sábana.


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