Comprueban cómo envejece el sistema inmune cuando te estresas
Un estudio de la Universidad de California y la Universidad del Sur de California halló que la exposición al estrés social se asoció con el envejecimiento de las células del sistema inmunitario a un ritmo más rápido
Los resultados de esta investigación sugieren que se necesiten intervenciones destinadas a reducir el estrés o aumentar la resiliencia para abordar estas desigualdades.
Un estudio de la Universidad de California y la Universidad del Sur de California comprobó cómo envejece tu sistema inmune cada vez que te estresas.
La investigación, publicada en la revista científica PNAS, demostró de qué manera la exposición al estrés es un factor de riesgo para la mala salud y el envejecimiento acelerado en los adultos mayores.
Para ello, reclutaron a 5,744 adultos mayores de 50 años, quienes completaron un cuestionario que evaluó el estrés social que experimentaron, incluidos los eventos estresantes de la vida, el estrés crónico, la discriminación cotidiana y los traumas que han enfrentado.
Se les extrajeron muestras de sangre de los participantes y se contaron y clasificaron las células sanguíneas.
Los investigadores hallaron que la exposición al estrés social se asoció con el envejecimiento de las células del sistema inmunitario a un ritmo más rápido.
Incluso, el trauma vital y el estrés crónico se relacionaron con un menor porcentaje de células T, las células que ayudan a proteger al cuerpo de infecciones y pueden ayudar a combatir el cáncer.
Tener células T más débiles se traducen en una respuesta debilitada a infecciones agudas como el COVID-19, un mayor riesgo de neumonía, una menor eficacia de las vacunas y el envejecimiento del sistema de órganos.
Los resultados de esta investigación sugieren que se necesiten intervenciones destinadas a reducir el estrés o aumentar la resiliencia para abordar estas desigualdades.
Estudios anteriores han demostrado cómo los altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, se relacionan con la infertilidad; cómo pueden obstaculizar el desarrollo cognitivo de los niños pequeños por su exposición desde que estaban el vientre materno e incluso cómo se vincula con trastornos de los hábitos alimenticios.
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