Relacionan la presión arterial alta con la exposición prolongada a la contaminación

Sergio Valdés, investigador y endocrinólogo del Hospital Universitario de Málaga, explicó que pocos estudios han abordado la asociación entre la exposición prolongada a la contaminación por partículas y la incidencia de hipertensión de forma prospectiva

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“El componente particulado de la contaminación del aire es la mayor amenaza para el sistema cardiovascular", dijo Gemma Rojo, jefa del grupo CIBERDEM en el IBIMA. Crédito: Pexels

La exposición prolongada a la contaminación está relacionada con la presión arterial alta, además de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

El estudio evaluó el impacto de la contaminación del aire en la salud a largo plazo en España. La intención fue reafirmar la necesidad de mejorar la calidad del aire en la medida de lo posible para reducir el riesgo de enfermedades cardiometabólicas en la población.

La investigación fue publicada en el Scientific Reports por el Biomedical Research Networking Center in Diabetes and Associated Metabolic Disorders (CIBERDEM) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Málaga (IBIMA). Además, contó con la colaboración del  departamento de contaminación atmosférica del Centro de Investigación en Energía, Medio Ambiente y Tecnología (CIEMAT).

Los científicos examinaron a  1103 personas de entre 18 y 83 años. Ninguno de los participantes presentaba presión arterial alta al inicio del estudio en los años 2008-2010. Fueron monitoreados hasta 2016-2017, reseñó Medical Xpress.

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A los voluntarios del experimento se les asignaron concentraciones de contaminación del aire por material particulado, obtenidas a través de modelos combinados, con mediciones tomadas en estaciones de calidad del aire.

Durante las fases del estudio, los participantes se sometieron a un examen médico en un centro de salud y se tomaron muestras de sangre. Además, se utilizó un cuestionario para obtener información sobre edad, sexo, nivel educativo, etnia, tabaquismo, consumo de alcohol y otras variables.

El consumo de alimentos se determinó mediante un cuestionario de adherencia a la dieta mediterránea, se analizó el nivel de ejercicio físico y se calculó el IMC. La presión arterial se midió con un tensiómetro y se determinó como hipertensión si la presión arterial sistólica media era mayor o igual a 140 mmHg y/o si la presión arterial diastólica media era mayor o igual a 90 mmHg.

Al final se registraron 282 casos de hipertensión arterial.

Sergio Valdés, investigador del CIBERDEM en el IBIMA y endocrinólogo del Hospital Regional Universitario de Málaga, explicó que varios estudios previos ya han descrito la asociación a corto y largo plazo de los contaminantes del aire ambiente con la hipertensión y los niveles de presión arterial.

No obstante, pocos estudios han abordado la asociación entre la exposición prolongada a estas partículas y la incidencia de hipertensión de forma prospectiva, que es el estudio de las causas técnicas, científicas, económicas y sociales que aceleran la evolución del mundo moderno, y la previsión de las situaciones que podrían derivarse de sus influencias conjugada.


“El estudio 'di@bet.es' nos ha brindado la oportunidad de hacerlo (estudio prospectivo) en población española”

Gemma Rojo, jefa del grupo CIBERDEM en el IBIMA, aseguró que los datos son consistentes con una gran cantidad de evidencia que sugiere que la contaminación del aire puede contribuir a la patogénesis de la hipertensión.


“El componente particulado de la contaminación del aire es la mayor amenaza para el sistema cardiovascular"

Gemma Rojo

Jefa del grupo CIBERDEM en el IBIMA

Valdés concluyó que los resultados avalan la necesidad de mejorar la calidad del aire en la medida de lo posible para reducir el riesgo de presión arterial alta entre la población, debido a que incluso niveles moderados aumentan el riesgo de manera significativa.

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