Destete: Cuándo está bien dejar de amamantar a mi hijo
Los bebés deben alimentarse exclusivamente de leche materna al menos durante sus primeros seis meses
El momento en que se produce el destete llega a ser conflictivo emocionalmente, ya que si bien muchas madres desean descansar del hábito, el fin de una etapa tan íntima y maravillosa con su bebé causa cierta tristeza. ¿Y cuándo está bien dejar de amamantar a tu hijo? es una curiosa pregunta donde se suelen presentar dudas, y la primera aclaratoria es que resulta todo un proceso.
De acuerdo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tu bebé debe alimentarse exclusivamente con leche materna al menos durante sus primeros seis meses. A partir de ese entonces puede comenzar a experimentar con los alimentos sólidos, además de recibir pecho. Pero la realidad es que no existe un momento específico para el destete.
Según reseña Bebitus, el propio bebé es capaz de perder repentinamente el interés por ser amamantado, sin embargo, otros mantienen la costumbre hasta que alcanzan el año de edad, e incluso más. Los expertos consideran que mientras más duradera sea la lactancia (superando los seis meses) hay menor riesgo de que sufran algunas infecciones.
El mejor final es cuando el bebé decide dejar el pecho
Es la manera más natural y armoniosa, luego de alternar su biberón, la lactancia y los alimentos sólidos. La razón es que en algún momento el bebé comenzará a desarrollar mayor interés en la comida, por las texturas y sabores. Es allí cuando la madre recibe señales de que el destete está llegando.
Comúnmente ocurre cuando el pequeño o pequeña tiene más de un año y no antes de los seis meses. En caso de que rechace el pecho durante sus cuatro o cinco meses de vida, lo más recomendable es asistir al médico para examinar los posibles motivos y cómo estimular al bebé en continuar su lactancia. Si en definitiva no quiere, llega el turno del biberón.
El destete lento y planificado por la madre
La forma más amorosa y paciente de que tu bebé deje el pecho lentamente es alternando las comidas. Una con biberón, otra con papilla si está en condiciones y luego con leche materna. De este modo se irá desacostumbrando a la idea de amamantarse, así como tu producción de leche se irá reduciendo de a poco.
Durante el proceso, los expertos recomiendan que no se pierda la conexión madre-hijo que solo brinda la lactancia materna, por lo que siempre es bueno privilegiar la toma de pecho al final del día. Asimismo, una vez que se ha producido el destete es fundamental que haya mucha atención, tiempos de juego y acercamiento físico, para que la relación continúe siendo maravillosa.
Si el niño o niña llega a una edad inusual para amamantarse, pero sigue interesado en ello, es probable que lo haga por sentimiento de protección y no por necesidad de alimentación. De allí la importancia de las actividades anteriores, donde se evita una mala crianza.