Por qué las vacunas contra COVID-19 protegen menos a personas con trasplante de órganos
Un estudio de la Universidad Johns Hopkins demostró que los pacientes trasplantados pueden no recibir protección, o tener una más débil, tras recibir ambas dosis de la vacuna contra COVID-19
Los trasplantes de órganos y las vacunas contra COVID-19 no van de la mano. Así lo han demostrado investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, tras analizar la sangre de una paciente que cumplió su proceso de vacunación completa. Luego de tres meses pudieron observar en la muestra que no había ningún anticuerpo y la razón principal fue un trasplante de doble pulmón que recibió hace cinco años.
«No tuve respuesta alguna», dijo Laura Burns, de 71 años. Según reseña NPR (National Public Radio), la mujer mayor preguntó a los médicos: «¿Significa que no tengo protección?», pero le invitaron a expresarse bajo una posibilidad o suposición y no como un hecho irreversible.
La respuesta a este preocupante problema está en los inmunosupresores, medicamentos de fuertes dosis diarias que evitan que el cuerpo rechace los órganos trasplantados. Según el estudio publicado en la revista médica JAMA, muchos de estos pacientes pueden no recibir protección (o una menor), incluso después de inyectarse ambas dosis de la vacuna contra COVID-19.
«El 46% de las personas trasplantadas no ha tenido evidencia alguna de respuesta de anticuerpos a la vacuna», precisó el doctor Dorry Segev, cirujano de trasplantes en Johns Hopkins y uno de los líderes de la investigación. Además de Laura Burns, otros 650 pacientes fueron analizados tras completar la vacunación con antídotos como Moderna y Pfizer.
Pacientes trasplantados que tuvieron una respuesta débil a la vacuna se sienten más expuestos
Valen Keefer, de 38 años, ha recibido hasta dos trasplantes de órganos en su vida. Sin embargo, su organismo sí respondió a la vacuna, pese a que el resultado fue más débil, en comparación con sistemas inmunológicos normales. Y casos como el de ella hay miles.
La mujer está agradecida, orgullosa de su cuerpo y afirma que «hay esperanza para otros». Pero una seria duda comenzó a robarle la tranquilidad: qué tan protegida está ahora. Debido a que su respuesta inmunológica es más limitada por su condición de trasplantada, Valen Keefer siente que reintegrarse nuevamente a la sociedad va a ser muy difícil. «Los receptores de trasplantes como yo no estamos seguros de qué hacer», expresó.
Queda tarea pendiente: ¿Y qué pasa con los inmunodeprimidos no trasplantados?
Se trata de todos aquellos pacientes con tratamientos y afecciones médicas que inhiben su sistema inmunológico, evitando que el cuerpo responda satisfactoriamente a una vacuna contra COVID-19. De acuerdo a NPR, millones de estadounidenses están inmunodeprimidos, pero los ensayos de desarrollo de vacunas no tomaron en cuenta la totalidad de estos casos, por lo que ahora hay «espacios en blanco» que los expertos buscan completar..
Los investigadores ya se han dado a la tarea de hallar respuestas positivas ante la inevitable debilidad inmunológica de estas personas.
En su estudio, el doctor Dorry Segev encontró que las personas trasplantadas pueden tener una mayor respuesta a las vacunas contra COVID-19 si toman una clase de medicamentos llamados antimetabolitos, que comúnmente se prescriben a pacientes con artritis reumatoide o lupus. «Estos bloquean la actividad de las células B, las fábricas de anticuerpos del sistema inmunológico», explicó el especialista.
Por su parte el doctor Ghady Haidar, especialista en trasplante médico de enfermedades infecciosas en Pittsburgh, señaló que «hay muchos medicamentos inmunosupresores en uso y sin mayor investigación», por lo que es muy pronto para saber cuáles y en qué combinación podrían reducir severamente los beneficios de la vacuna contra COVID-19.