Alcohol: hacer ejercicio físico puede ayudar a reducir la «necesidad» de tomar
La intervención de ejercicio no solo redujo "significativamente" el antojo por el alcohol, sino que también mejoró el estado de ánimo positivo de los participantes al tiempo que disminuyó la ansiedad
Hacer ejercicio físico puede ayudar a reducir la «necesidad» de tomar alcohol, encontró un nuevo estudio publicado en la revista Addictive Behaviors.
"El abuso de alcohol está asociado con enfermedades crónicas incapacitantes, como el cáncer, enfermedades del corazón, la diabetes y la demencia y tienen un alto costo económico y humano"
En la investigación, reseñada por International Business Times, 60 estudiantes universitarios masculinos y femeninos de entre 18 y 25 años participaron en una sesión en la que hablaron sobre sus hábitos de bebida y bebidas favoritas. Los investigadores también les mostraron un video sobre cómo hacer cócteles.
Seguidamente, fueron separados en tres grupos: el grupo de control, en el que los participantes solo se sentaron en silencio en el laboratorio durante cinco minutos con solo el asistente de investigación; el grupo de «control activo», que tenía la tarea de colorear un libro de imágenes durante cinco minutos; y el grupo de intervención, donde los participantes fueron sometidos a un circuito de ejercicios de 5 minutos que incluyó 45 segundos cada uno de ejercicios como sentadillas y saltos de tijera.
La hipótesis se basaba en estudios previos, que sugieren que los circuitos de recompensa similares en el cerebro que son estimulados por el ejercicio también son activados por sustancias como el alcohol, la idea es que el ejercicio reemplazaría los efectos del alcohol y así aliviaría el ansia.
Los resultados mostraron que la intervención de ejercicio no solo redujo «significativamente» el antojo por el alcohol, sino que también mejoró el estado de ánimo positivo de los participantes al tiempo que disminuyó la ansiedad.
La actividad de colorear aunque sí tuvo beneficios para el estado de ánimo y la ansiedad de los participantes, no tuvo mucho efecto sobre su ansia de alcohol.
«Este conocimiento ayudará a utilizar el ejercicio como una herramienta terapéutica potencial para reducir el deseo por el alcohol, prevenir el consumo peligroso de alcohol y desarrollar una mayor comprensión de los mecanismos que subyacen al comportamiento adictivo», expusieron los investigadores.
A pesar de que los estudiantes universitarios también fueron sometidos a un programa en línea donde se les brindó información sobre las consecuencias del abuso del alcohol, esto no cambió el deseo por el alcohol.
En los Estados Unidos se estima que 14,5 millones de personas de 12 años o más padecen un trastorno por consumo de alcohol en 2019.
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