5 claves para ayudar a un niño a superar la timidez con respeto
La timidez permanente afecta y condiciona sus estados emocionales, sus relaciones sociales, su crecimiento personal y su futuro profesional
La timidez implica cierto grado de introversión en los contextos sociales, una falta de asertividad y un comportamiento retraído.
Los niños tímidos muestran un patrón de conducta caracterizado por un déficit en sus relaciones interpersonales y tienen la tendencia a escapar o evitar el contacto social.
No obstante, se debe aclarar que la timidez no es, necesariamente, un problema, depende de si se convierte en un impedimento para que el niño se relacione con los demás.
La timidez solo es un problema cuando limita las potencialidades del pequeño y le hace sentir mal.
La timidez suele aparecer cuando el niño se encuentra ante situaciones nuevas o personas desconocidas.
Lo usual es que el niño tímido se mantenga en silencio frente a extraños pero no tenga problemas para hablar cuando tiene confianza con las personas.
A diferencia de los niños solitarios, que prefieren estar tranquilos y disfrutan de la soledad, los niños tímidos no se relacionan con los demás porque tienen miedo o sienten vergüenza.
Características de los niños tímidos
- Problemas para relacionarse con sus coetáneos, al niño le cuesta iniciar y mantener una conversación, no suele tomar la iniciativa, sino que se muestra distante y reservado.
- No participa en clase, no porque no tenga los conocimientos sino porque se avergüenza al tener que exponerlos delante de los demás.
- Aislamiento y evitación de actividades que son normales para su edad, como los juegos a la hora del recreo o las competencias deportivas en la escuela.
- Ansiedad anticipatoria ante las situaciones que le producen miedo, como tener que hablar en público, leer en voz alta, hacer recados o ir a la pizarra.
- Síntomas psicofisiológicos que se activan cuando se expone a la situación temida, como sudoración de las manos, rubor, tartamudeo, nauseas y palpitaciones.
- Descarga emocional, los niños tímidos suelen tener una escasa expresividad emocional, pero en algunas ocasiones se produce una descarga y lloran sin que exista un motivo, al menos aparentemente. Ese llanto suele ser una válvula de escape para liberar la tensión acumulada y los sentimientos reprimidos.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi niño tímmido sin invadirlo?
Evita etiquetar al niño como “tímido”
Mientras más veces escuchen los niños que los describen como “tímidos”, más probable será que asuman que lo son.
Por lo tanto, si su hijo no responde a la pregunta que le hace un pariente o no le pide ayuda a su entrenador, no utilice la palabra «tímido» para describirlo.
En su lugar, intente decir simplemente que su hijo: “No está muy comunicativo en este momento”.
Puedes animar al niño a pedir lo que necesita
El acto de abogar por sí mismo puede ocurrir en cualquier lugar en el que los niños puedan expresar sus necesidades.
Es importante que anime a su hijo a pedir lo que quiere comer o a responder las preguntas de un empleado en la tienda.
Es posible que los niños necesiten ayuda de sus padres. Pero si usted no interviene de inmediato, le da a su hijo la oportunidad de pensar qué decir y cómo decirlo.
También demuestra que usted confía que él puede hacerlo.
Favorecer las relaciones sociales
Este es un punto clave en el desarrollo de la timidez. Para ello es necesario que desde pequeñas, las personas tímidas tengan un modelo del que puedan aprender.
Así como se encuentren de forma habitual en espacios donde tengan la oportunidad de relacionarse con otras personas. Por ejemplo, las actividades deportivas en equipo pueden ayudar.
Fomentar una autoestima positiva
La baja autoestima es uno de los aspectos que han sido vinculados a las personas tímidas, por tanto, el cuidado de esta y su fortalecimiento ayudarán a crear mayor seguridad en la persona, aceptarse y quererse.
Cuidar los estados emocionales
Es necesario enseñarles desde pequeños a identificar los sentimientos y las emociones, expresarlos y comprenderlos.
Una buena competencia emocional ayuda a gestionar las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos en la vida.